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Una Carga De Valor
Morgan Rice


El Anillo del Hechicero #6
En UNA CARGA DE VALOR (A CHARGE OF VALOR) – [Libro #6 de El Anillo del Hechicoero – The Sorcere’s Ring], Thor continúa en su búsqueda, en lo más profundo del Imperio, para recuperar la Espada del Destino robada, y salvar el Anillo. Mientras él y sus amigos tienen una tragedia inesperada y pierden a un miembro de su muy unido grupo, Thor y sus amigos restantes se hacen más unidos que nunca, aprendiendo que deben enfrentar y superar juntos las adversidades. Su viaje les lleva a terrenos nuevos y exóticos, incluyendo los desolados Campos de Sal, el Gran Túnel y las Montañas de Fuego, mientras se enfrentan a una gran cantidad de monstruos inesperados en cada momento. Las habilidades de Thor se profundizan cuando pasa por un entrenamiento todavía más avanzado, y necesitará recurrir a poderes mayores de los que ha usado en su vida, para sobrevivir. Finalmente descubren a dónde se han llevado la Espada, y se dan cuenta de que, para recuperarla, tendrán que adentrarse en el lugar más temido del Imperio: la Tierra de los Dragones. De regreso a el Anillo, Gwendolyn se recupera lentamente y sufre una profunda depresión, después de su ataque. Kendrick y los demás prometen luchar por su honor, a pesar de las pocas probabilidades. A continuación, sigue una de las más grandes batallas en la historia del Anillo, mientras luchan por liberar a Silesia y vencer a Andrónico. Mientras tanto, Godfrey se encuentra disfrazado detrás de las líneas enemigas y comienza a estar en su campo, aprendiendo lo que significa ser un guerrero, en una forma única. Gareth se las arregla para sobrevivir, utilizando toda su astucia para evitar la captura por Andrónico, mientras Erec lucha por su vida para salvar a Savaria de la invasión que se aproxima, por Andrónico – y para salvar a su amor, Alistair. Argon paga un valioso costo por hacer lo prohibido: entrometerse en los asuntos de los humanos. Y Gwendolyn debe decidir si renuncia a la vida, o sigue la vida aislada de una monja en la antigua Torre del Refugio. Pero no antes, en un giro sorprendente, Thor finalmente se entera de quién es su verdadero padre. ¿Sobrevivirán Thor y los demás a la búsqueda? ¿Recuperarán la Espada del Destino? ¿Sobrevivirá el Anillo a la invasión de Andrónico? ¿Qué será de Gwendolyn, Kendrick y Erec? ¿Y quién es el verdadero padre de Thor? Con su sofisticada construcción del mundo y caracterización, UNA CARGA DE VALOR (A CHARGE OF VALOR) es un relato épico de amigos y amantes, de rivales y pretendientes, de caballeros y dragones, de intrigas y maquinaciones políticas, de llegar a la mayoría de edad, de corazones rotos, de decepción, ambición y traición. Es una historia de honor y valor, de suerte y destino, de hechicería. Es una fantasía que nos lleva a un mundo que nunca olvidaremos, y que gustará a personas todas las edades y géneros. Son 70. 000 palabras.





Morgan Rice

UNA   CARGA   DE   VALOR Libro #6 de El Anillo del Hechicero – The Sorcerer´s Ring




Acerca de Morgan Rice

Morgan Rice es la escritora del bestseller # 1, DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS), una saga que comprende once libros (y siguen llegando); la saga del bestseller #1 TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY), thriller pos apocalГ­ptico que comprende dos libros (y siguen llegando); y la saga de la fantasГ­a Г©pica, el bestseller #1, EL ANILLO DEL HECHICERO, (THE SORCERERВґS RING) que comprende trece libros (y contando).

Los libros de Morgan estГЎn disponibles en audio y ediciГіn impresa y las traducciones de los libros estГЎn disponibles en alemГЎn, francГ©s, italiano, espaГ±ol, portuguГ©s, japonГ©s, chino, sueco, holandГ©s, turco, hГєngaro, checo y eslovaco (prГіximamente en otros idiomas).

A Morgan le encantarГ­a tener comunicaciГіn con usted, asГ­ que visite www.morganricebooks.com (http://www.morganricebooks.com/) para unirse a la lista de correo electrГіnico, recibir un libro gratuito, recibir regalos, descargar una aplicaciГіn gratuita, obtener las Гєltimas noticias exclusivas, conectarse a Facebook y Twitter y mantenerse en contacto.



Algunas Opiniones Acerca de Morgan Rice

"EL ANILLO DEL HECHICERO (THE SOURCERERВґS RING) tiene todos los ingredientes para ser un Г©xito inmediato: tramas, conspiraciones, misterio, caballeros aguerridos y relaciones florecientes repletas de corazones rotos, decepciones y traiciones.В  Lo mantendrГЎ entretenido durante horas y satisfarГЎ a las personas de todas las edades. Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores del genero de fantasГ­a".

–-Books and Movie Reviews, Roberto Mattos



"Rice hace un gran trabajo para captar su atención desde el principio, al utilizar una gran calidad descriptiva que va más allá de la simple descripción de la ambientación… Está bien escrito y es sumamente rápido de leer”.

–-Reseña de Black Lagoon (Con respecto a Transformación – [Turned]).



"Es una historia ideal para lectores jóvenes. Morgan Rice hizo un buen trabajo, dando un giro interesante… Es innovador y singular. La serie se centra alrededor de una chica… ¡una chica extraordinaria! Es fácil de leer, pero con un ritmo extremadamente rápido…  Clasificada PG (Guía Paternal)”.

–-Reseña de The Romance Reviews (referente a Transformación – [Turned]).



"Me llamó la atención desde el principio y no dejé de leerlo… Esta historia es una aventura increíble, de ritmo rápido y llena de acción desde su inicio.  No hay un momento aburrido".

–-Reseña de El Gremio de Romance Paranormal (Paranormal Romance Guild) – [referente a Transformación – (Turned)].



"Lleno de acción, romance, aventura y suspenso.  Ponga sus manos en él y vuelva a enamorarse”.

–-vampirebooksite.com (con respecto a Transformación – Turned).



"Tiene una trama estupenda, y Г©ste es el tipo de libro que cuesta trabajo dejar de leer en la noche. El final en suspenso es tan espectacular, que inmediatamente querrГЎ comprar el siguiente libro, solamente para ver quГ© sigue".

–-The Dallas Examiner (respecto a Amores – Loved).



"Es un libro equiparable a TWILIGHT y DIARIO DE UN VAMPIRO (VAMPIRE DIARIES) y harГЎ que quiera seguir leyendo hasta la Гєltima pГЎgina. Si le gusta la aventura, el amor y los vampiros, ВЎeste libro es para usted!".

–-vampirebooksite.com (con respecto a Transformación – [Turned]).



"Morgan Rice se demuestra a sí misma una vez más, ser una narradora de gran talento… Esto le encantará a una gran audiencia, incluyendo a los aficionados más jóvenes del género de los vampiros y de la fantasía.  Termina con un suspenso inesperado, que le dejará impactado".

–-The Romance Reviews (referente a Amores – Loved).



Libros de Morgan Rice




EL ANILLO DEL HECHICERO (THE SORCERER’S RING)


LA SENDA DE LOS HÉROES (A QUEST OF HEROES) [Libro # 1]


LA MARCHA DE LOS REYES (A MARCH OF KINGS) [Libro #2]


EL DESTINO DE LOS DRAGONES (A FATE OF DRAGONS) [Libro #3]


UN GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) [Libro #4]


UNA PROMESA DE GLORIA (A VOW OF GLORY) [Libro #5]


UNA CARGA DE VALOR (A CHARGE OF VALOR) [Libro # 6]


UN RITO DE ESPADAS (A RITE OF SWORDS) [Libro #7]


UNA SUBVENCIГ“N DE ARMAS (A GRANT OF ARMS) [Libro #8]


UN CIELO DE HECHIZOS (A SKY OF SPELLS) [Libro #9]


UN MAR DE ESCUDOS (A SEA OF SHIELDS) [Libro #10]


UN REINADO DE HIERRO (A REIGN OF STEEL) [Libro #11]


UNA TIERRA DE FUEGO (A LAND OF FIRE) [Libro #12]


EL DECRETO DE LAS REINAS (A RULE OF QUEENS) [Libro #13]




LA TRILOGIA DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY)


ARENA UNO:  TRATANTES DE ESCLAVOS – (SLAVERUNNERS) – [Libro #1]


ARENA DOS (ARENA TWO) – [Libro #2]




DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS)


TRANSFORMACIÓN (TURNED) – [Libro #1]


AMORES (LOVED) [Libro #2]


TRAICIГ“N (BETRAYED) [Libro #3]


DESTINADO (DESTINED) [Libro #4]


DESEO (DESIRED) [Libro #5]


PROMETIDO (BETROTHED) [Libro #6]


PROMESA (VOWED) [Libro #7]


ENCUENTRO (FOUND) [Libro #8]


RESURRECCIГ“N (RESURRECTED) [Libro #9]


ANSIAS (CRAVED) [Libro #10]


DESTINO (FATED) [Libro #11]












¡Escuche la saga de EL LIBRO DEL HECHICERO (THE SORCERER’S RING) ¡en formato de audio libro!


Derechos Reservados В© 2013 por Morgan Rice

Todos los derechos reservados. A excepciГіn de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de EE.UU. de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida, distribuida o transmitida en forma o medio alguno ni almacenada en una base de datos o sistema de recuperaciГіn de informaciГіn, sin la autorizaciГіn previa de la autora.

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Г‰sta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes, son producto de la imaginaciГіn de la autora o se utilizan de manera ficticia.В  Cualquier semejanza con personas reales, vivas o muertas, es solo coincidencia.

Imagen de la cubierta: Derechos Reservados, Sergii Votit, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.


"Los cobardes mueren muchas veces antes de su muerte;
Los valientes nunca prueban el sabor de la muerte mas que una vez".

    —William Shakespeare
В В В В Julio CГ©sar






CAPГЌTULO UNO


Gwendolyn estaba acostada boca abajo en el pasto, sintiendo la frГ­a brisa del invierno corriendo sobre su piel desnuda, y mientras sus ojos parpadeaban para abrirse, lentamente, a lo lejos, el mundo volvГ­a a verse con claridad. HabГ­a estado en algГєn lugar lejano, en un campo radiante con la luz del sol, flores, Thor y su padre a su lado, todos ellos riendo y felices. Todo habГ­a estado perfecto en el mundo.

Pero ahora, mientras ella abría los ojos, el mundo ante ella no podía haber sido más diferente. El suelo estaba duro, frío, y, parado sobre ella, levantándose lentamente, no estaba ni su padre ni Thor – sino un monstruo: McCloud. Habiendo abusado de ella, lentamente se levantó, abrochó su pantalón y miró hacia abajo con satisfacción.

RГЎpidamente, ella recordГі todo. Su rendiciГіn ante AndrГіnico. La traiciГіn de Г©l. Haber sido violada por McCloud. Sus mejillas enrojecieron al darse cuenta de lo ingenua que habГ­a sido.

Estaba allГ­ acostada, todo su cuerpo le dolГ­a, tenГ­a el corazГіn destrozado, y mГЎs que nunca en su vida, querГ­a morir.

Gwendolyn abriГі mГЎs los ojos y vio al ejГ©rcito de AndrГіnico, docenas de soldados, todos observando la escena, y se sintiГі mГЎs avergonzada. Ella nunca debiГі haberse rendido ante esta criatura; en cambio, ella deseaba haber muerto peleando. Ella deberГ­a haber escuchado a Kendrick y a los demГЎs. AndrГіnico habГ­a jugado con sus instintos de sacrificio y ella habГ­a caГ­do. Ella deseaba haberlo conocido en la batalla: aunque hubiera muerto, al menos habrГ­a caГ­do con dignidad, con su honor intacto.

Gwendolyn sabía con certeza, por primera vez en su vida, que estaba a punto de morir. Pero de alguna manera, eso ya no le preocupaba. Ya no le importaba morir – sólo le importaba morir a su manera – y aún no estaba lista para hacerlo.

Mientras estaba allГ­ acostada, boca abajo, Gwendolyn estirГі la mano furtivamente y agarrГі un montГіn de tierra con una mano.

"Ya puedes levantarte, mujer", ordenГі McCloud ГЎsperamente. "Ya terminГ© contigo. Es momento para que otros tengan su turno".

Gwen agarrГі la tierra con tanta fuerza, que sus nudillos se pusieron blancos y rezГі para que esto funcionara.

Con un movimiento rГЎpido, girГі y lanzГі el montГіn de tierra a los ojos de McCloud.

No se lo esperaba y gritГі y tropezГі, levantando sus manos para tratar de quitar la tierra de sus ojos.

Gwen aprovechГі el momento. Habiendo vivido en el Castillo del Rey, habГ­a sido educada por los guerreros del rey, y siempre le habГ­an enseГ±ado a atacar una segunda vez, antes de que el enemigo tuviera la oportunidad de recuperarse. TambiГ©n le habГ­an enseГ±ado una lecciГіn que nunca habГ­a olvidado: llevara un arma o no, siempre estaba armada. Siempre podГ­a usar el arma del enemigo.

Gwen extrajo la daga del cinturГіn de McCloud, lo levantГі por lo alto y lo hundiГі entre sus piernas.

McCloud gritГі aГєn mГЎs fuerte, quitГі las manos de sus ojos y agarrГі su ingle. BrotГі sangre de entre sus piernas mientras se agachaba y se sacГі la daga, jadeando.

Ella estaba emocionada por haber dado el golpe, por conseguir, por lo menos, esta pequeГ±a venganza. Pero para su sorpresa, la herida, que habrГ­a derribado a cualquiera, no le hizo nada. Este monstruo era imparable. Ella le habГ­a herido gravemente, justo donde se lo merecГ­a, pero no lo habГ­a matado. Ni siquiera habГ­a logrado ponerlo de rodillas.

En cambio, McCloud extrajo la daga, chorreando sangre y la vio con desprecio, con una mirada de muerte. ComenzГі a descender hacia ella, sosteniendo la daga con la mano temblorosa, y Gwendolyn sabГ­a que habГ­a llegado su hora. Por lo menos morirГ­a con alguna pequeГ±a satisfacciГіn.

"Ahora voy a sacar tu corazГіn y harГ© que te lo comas", dijo Г©l. "PrepГЎrate para aprender lo que significa el verdadero dolor".

Gwendolyn se preparГі para que le clavara la daga, se preparГі para afrontar una muerte dolorosa.

Se escuchГі un grito, y despuГ©s de un momento de conmociГіn, Gwendolyn se sorprendiГі al darse cuenta de que el grito no provenГ­a de ella. Era de McCloud; estaba chillando de dolor.

Gwen bajГі las manos y mirГі hacia arriba, confundida. McCloud habГ­a dejado caer la daga. Ella parpadeГі varias veces, tratando de entender lo que veГ­a delante de ella.

McCloud estaba allГ­ parado, con una flecha alojada en su ojo. Г‰l clamГі, la sangre brotaba de la cuenca del ojo, mientras levantaba una mano y agarraba la flecha. Ella no podГ­a entender. Le habГ­an disparado a Г©l. Pero, ВїcГіmo? ВїQuiГ©n?

Gwen se dio vuelta en la direcciГіn en la que la flecha habГ­a navegado, y su corazГіn se emocionГі al ver a Steffen, allГ­ de pie, sosteniendo un arco, escondido en medio de un enorme grupo de soldados. Antes de que los demГЎs se dieran cuenta de lo que estaba pasando, Steffen disparГі seis flechas mГЎs y uno a uno, los seis soldados que estaban de pie al lado de McCloud cayeron, las flechas perforaron sus gargantas.

Steffen puso la mano hacia atrГЎs para tratar de disparar mГЎs, pero finalmente fue descubierto por un grupo de soldados que se abalanzaron hacia Г©l y lo sometieron en el piso.

McCloud, aГєn gritando, se dio vuelta y corriГі hacia la multitud. Sorprendentemente, todavГ­a no estaba muerto. Ella esperaba que se desangrara hasta morir.

El corazГіn de Gwen se inundГі de gratitud hacia Steffen, mГЎs de lo que Г©l podГ­a imaginar. Ella sabГ­a que morirГ­a aquГ­ hoy, en manos de otra persona, pero al menos por ahora no serГ­a por McCloud.

El campamento de soldados se calmГі cuando AndrГіnico se levantГі y marchГі lentamente hacia Gwendolyn. Ella estaba allГ­ tirada y lo vio acercarse, era increГ­blemente alto, como una montaГ±a yendo hacia ella. Los soldados se quedaron atrГЎs cuando Г©l se acercГі mГЎs, en el campo de batalla habГ­a un silencio sepulcral, el Гєnico sonido que habГ­a era el del azote del viento.

AndrГіnico se detuvo a unos metros de distancia, amenazante, mirando hacia abajo, inexpresivo. Г‰l estirГі la mano y lentamente tocГі las cabezas reducidas de su collar, y saliГі un extraГ±o sonido que provenГ­a de las entraГ±as de su pecho y garganta, como un ronroneo. ParecГ­a estar tanto enojado como intrigado, al mismo tiempo.

"Has desafiado al gran AndrГіnico", dijo lentamente; el campo entero escuchaba cada palabra que decГ­a, antigua y grave. Su voz se elevГі con autoridad y resonГі a travГ©s de las llanuras. "HabrГ­a sido mГЎs fГЎcil si te hubieras sometido a tu castigo. Ahora tendrГЎs que aprender lo que significa el verdadero dolor".

AndrГіnico bajГі la mano y sacГі la espada mГЎs larga que habГ­a visto Gwen alguna vez. Debe haber tenido unos dos metros y medio de largo, y su sonido especial resonГі en el campo de batalla. La levantГі por lo alto, volviГ©ndola hacia la luz, el reflejo era tan fuerte que la cegГі. Г‰l se observГі a sГ­ mismo cuando la torciГі en sus manos, como si las viera por primera vez.

"Eres una mujer de origen noble", dijo. "Te viene de perlas morir por una espada noble".

AndrГіnico dio dos pasos adelante, agarrГі la empuГ±adura con ambas manos y levantГі la espada a lo alto.

Gwendolyn cerrГі los ojos. OyГі el silbido del viento, el movimiento de cada brizna de hierba y apareciГі un destello por su mente, de recuerdos aleatorios de su vida. Ella sintiГі que su vida finalizaba, sintiГі todo lo que habГ­a hecho, a todos lo que habГ­a amado. En sus reflexiones finales, Gwen pensГі en Thor. Ella puso la mano en su cuello y apretГі el amuleto que le habГ­an dado, y lo sostuvo firmemente en su puГ±o. PodГ­a sentir la cГЎlida energГ­a irradiando a travГ©s de Г©l, esa antigua piedra roja, y recordГі las palabras de Thor cuando se lo regalГі: este amuleto puede salvar tu vida. Una vez.

SujetГі el amuleto con mГЎs fuerza, palpitando en su mano, y le pidiГі a Dios con cada fibra de su ser.

Por favor Dios, deja que este amuleto funcione. Por favor, sГЎlvame, sГіlo por esta vez. DГ©jame volver a ver a Thor.

Gwendolyn abrió los ojos, esperando ver la espada de Andrónico bajando hacia ella – pero lo que vio, la sorprendió. Andrónico se quedó allí, paralizado, mirando por encima de su hombro, como si viera que alguien se acercaba. Parecía estar sorprendido; incluso confundido, y no era una expresión que ella hubiera esperado ver en él alguna vez.

"Ahora bajarГЎs tu arma", se escuchГі una voz detrГЎs de Gwendolyn.

Gwendolyn se sintiГі electrificada al escuchar esa voz. Era una voz que conocГ­a. Ella girГі, y quedГі sorprendida al ver allГ­ parado a una persona que conocГ­a tan bien como su propio padre.

A Argon.

AllГ­ estaba, con su tГєnica blanca y capucha, sus ojos brillando con una intensidad como nunca habГ­a visto en su vida, mirando a AndrГіnico. Ella y Steffen estaban en el suelo, entre estos dos Titanes. Eran dos criaturas de una fuerza increГ­ble, uno de las tinieblas y el otro de la luz, de pie uno contra el otro. Ella casi podГ­a sentir la salvaje guerra espiritual por encima de su cabeza.

"ВїLo harГ©?". AndrГіnico se burlГі, sonriendo.

Pero en la sonrisa de AndrГіnico, Gwen pudo ver que sus labios temblaban, pudo ver, por primera vez, algo asГ­ como un miedo en los ojos de AndrГіnico. Nunca pensГі que verГ­a eso. AndrГіnico debe haber sabido de Argon. Y lo que supiera, era suficiente para hacer que el hombre mГЎs poderoso del mundo tuviera miedo.

"Ya no daГ±arГЎs mГЎs a la chica", dijo Argon con calma. "AceptarГЎs su rendiciГіn", dijo Г©l, dando un paso mГЎs cerca, con sus ojos brillando, hipnotizantes. "Le permitirГЎs regresar con su gente. Y permitirГЎs que su pueblo se rinda, si asГ­ lo desean ellos. SГіlo te dirГ© esto una vez. SerГЎs prudente en aceptarlo".

AndrГіnico mirГі a Argon y parpadeГі varias veces, como si estuviera indeciso.

Finalmente, reclinГі su cabeza y riГі a carcajadas. Fue la risa mГЎs ruidosa y mГЎs siniestra que Gwen habГ­a oГ­do, llenando todo el campo, pareciendo llegar hasta el cielo.

"Tus trucos de hechicero no funcionan conmigo, viejo", dijo AndrГіnico. "He oГ­do hablar del Gran Argon. Hubo un tiempo en que fuiste poderoso. MГЎs poderoso que el hombre, que los dragones, que el mismo cielo, o al menos eso dicen. Pero tu tiempo acabГі. Ahora es una nueva Г©poca. Ahora es el momento del Gran AndrГіnico. Ahora eres una reliquia, un remanente de otra Г©poca, cuando gobernaban los MacGil, cuando la magia era fuerte. Cuando el Anillo era indefendible. Pero tu destino estГЎ ligado al Anillo. Y ahora el Anillo es dГ©bil. Como tГє.

"Eres un tonto por enfrentarte a mГ­, anciano. Ahora vas a sufrir. Ahora conocerГЎs la fuerza del Gran AndrГіnico".

AndrГіnico se mofГі y levantГі su espada hacia Gwendolyn, esta vez mirando a Argon.

"Voy a matar a la chica lentamente, ante tus ojos", dijo AndrГіnico. "DespuГ©s voy a matar al jorobado. A continuaciГіn, voy a mutilarte, pero te dejarГ© vivo, como un sГ­mbolo del poder de mi grandeza".

Gwendolyn se preparГі y se estremeciГі mientras AndrГіnico bajaba la espada hacia su cabeza.

De repente, algo ocurriГі. EscuchГі un ruido en el aire, como de mil fuegos, seguidos por los gritos de AndrГіnico.

AbriГі los ojos en total incredulidad al ver el rostro de AndrГіnico, retorcido de dolor, dejando caer su espada y arrodillГЎndose en el suelo. Ella vio a Argon dar un paso adelante, y luego otro, con una sola mano extendida, que irradiaba una bola de luz violeta. La bola se hizo mГЎs y mГЎs grande, envolviendo a AndrГіnico, mientras Argon continuaba caminando hacia adelante, inexpresivo, acercГЎndose mГЎs y mГЎs a AndrГіnico, mientras mantenГ­a extendida su mano.

AndrГіnico se acurrucГі en ovillo, en el suelo, mientras la luz lo envolvГ­a.

Un jadeo surgiГі de este hombre, pero ninguno se atrevГ­a a acercarse. O tenГ­an miedo, o Argon habГ­a hecho alguna especie de hechizo para hacerlos impotentes.

"ВЎBASTA YA!", gritГі AndrГіnico, subiendo las manos y tocando sus orejas. "ВЎTE LO RUEGO!".

"No le harГЎs ningГєn daГ±o adicional a la chica", dijo Argon lentamente.

"ВЎYa no le harГ© mГЎs daГ±o a la chica!", repitiГі AndrГіnico, como si estuviera en trance.

"Vas a liberarla ahora y permitirГЎs que regrese con su gente".

"ВЎLa liberarГ© ahora y le permitirГ© regresar a su pueblo!".

"Le darГЎs a su gente una oportunidad para rendirse".

"¡Le daré a su gente una oportunidad para rendirse!", agregó Andrónico. “¡Por favor! ¡Haré lo que sea!".

Argon respirГі profundamente, y finalmente se detuvo. La luz desapareciГі de su mano mientras bajaba lentamente el brazo.

Gwen lo mirГі asombrada; nunca habГ­a visto a Argon en acciГіn, y no podГ­a comprender su poder. Era como ver que los cielos se abrГ­an.

"Si nos volvemos a ver, Gran AndrГіnico", dijo Argon lentamente, mirando hacia abajo mientras AndrГіnico yacГ­a en el suelo, gimiendo, "serГЎ en tu camino hacia los reinos mГЎs oscuros de la muerte".




CAPГЌTULO DOS


Thor luchaba, sujetado firmemente en su lugar por los soldados del Imperio, vio con impotencia cГіmo Durs, un hombre al que alguna vez habГ­a considerado su hermano, levantaba una espada para matarlo.

Thor cerrГі los ojos y se preparГі, sabiendo que habГ­a llegado su hora. Se pateaba a sГ­ mismo por ser tan estГєpido, tan confiado. Le habГ­an tendido una trampa todo ese tiempo, era un cordero llevado al matadero. Peor aГєn, como lГ­der, los demГЎs chicos buscaban a Thor para orientaciГіn. No sГіlo se habГ­a decepcionado a sГ­ mismo, habГ­a quedado mal con los demГЎs. Su ingenuidad, su naturaleza confiada, lo habГ­an puesto en peligro.

Mientras Thorgrin luchaba, trataba con todas sus fuerzas de convocar su poder, de llamarlo desde algГєn lugar profundo dentro de sГ­ mismo, querГ­a sГіlo la suficiente energГ­a para liberarse de sus ataduras, para luchar.

Sin embargo, aunque lo intentara, no llegaba. Su propia fuerza no era suficiente para liberarse de todos los soldados que lo estaban sujetando.

Thor sentГ­a el viento acariciar su rostro, mientras Durs bajaba la espada y se preparГі para el inminente impacto del acero. No estaba preparado para morir. En su mente vio a Gwendolyn, en el Anillo, esperГЎndolo. SintiГі que Г©l le habГ­a defraudado tambiГ©n.

Thor oyó un ruido repentino de carne contra carne y abrió los ojos y se sorprendió al ver que estaba vivo todavía. El brazo de Durs se paralizó en el aire, su muñeca fue sujetada por un enorme soldado del Imperio que se elevaba sobre Durs – no era tarea fácil, teniendo en cuenta el tamaño de Durs. Sujetó la muñeca de Durs, a solo centímetros de empalar a Thor.

Durs se volviГі hacia el soldado del Imperio, con la sorpresa en su rostro.

"Nuestro lГ­der no los quiere muertos", murmurГі el soldado sombrГ­amente hacia Durs. "Los quiere vivos. Como prisioneros".

"Nadie nos dijo eso", protestГі Durs.

"ВЎEl trato era que Г­bamos a matarlos!", aГ±adiГі Dross.

"Los tГ©rminos del acuerdo han cambiado", respondiГі el soldado.

"ВЎNo puedes hacerlo!", dijo Drake.

"ВїQue no podemos?", respondiГі sombrГ­amente, volviГ©ndose hacia Г©l. "Podemos hacer lo que queramos. De hecho, ahora son nuestros prisioneros, tambiГ©n". El soldado sonriГі. "Mientras mГЎs LegiГіn tengamos para pedir rescate, mejor".

Durs mirГі al soldado, con su cara llena de indignaciГіn, y un momento despuГ©s, el caos estallГі, mientras docenas de soldados del Imperio se abalanzaban contra los tres hermanos, quienes los derribaron y les ataron las muГ±ecas.

Thor aprovechГі la ventaja del caos y se volviГі y buscГі a Krohn, a quien vio a pocos metros de distancia, acechando en las sombras, fielmente a su lado.

"ВЎKrohn, ayГєdame!", gritГі Thor. "ВЎAHORA!".

Krohn entrГі en acciГіn con un gruГ±ido, volando por el aire, aterrizando sobre sus colmillos en el cuello del soldado del Imperio, que sostenГ­a la muГ±eca de Thor. Thor se liberГі y Krohn saltГі de un soldado a otro, mordiendo y araГ±ГЎndolos hasta que Thor pudo liberarse y agarrar su espada. DespuГ©s, Thor se dio vuelta y de un solo golpe, cortГі tres de las cabezas.

Thor corriГі hacia Reece, que estaba mГЎs cerca de Г©l y apuГ±alГі a su captor en el corazГіn, liberГЎndolo y permitiГ©ndole sacar su espada y unirse a la lucha. Los dos se apresuraron hacia sus hermanos de La LegiГіn, atacando a sus captores y liberando a Elden, a O'Connor, a Conval y a Conven.

Los otros soldados estaban distraГ­dos sujetando a Drake, Durs y Dross, y cuando se dieron vuelta para ver quГ© es lo que estaba pasando, ya era demasiado tarde. Thor, Reece, O'Connor, Elden, Conval y Conven eran libres, todos con armas en la mano. TodavГ­a los superaban en nГєmero por mucho, y Thor sabГ­a que la lucha no serГ­a fГЎcil. Pero al menos tenГ­an una oportunidad de pelear. Sin inmutarse, fueron hacia el enemigo, con desenfreno.

Los cien soldados del Imperio atacaron y Thor oyГі un chillido a lo alto y vio a Estopheles. Su halcГіn bajГі en picado y araГ±Гі los ojos del lГ­der de los soldados del Imperio, quien cayГі al suelo, agitГЎndose. Estopheles entonces araГ±Гі a varios otros, derribГЎndolos uno por uno.

Cuando iban a atacar, Thor colocó una piedra en su honda y la lanzó, golpeando a uno de los soldados en la sien y derribándolo antes de que él pudiera alcanzarlos; O'Connor logró disparar dos flechas, ambas aterrizaron con mortal precisión y Elden arrojó una lanza, empalando a dos soldados, cayendo a sus pies. Fue un buen comienzo— pero quedaban otros cien soldados para matar.

Se reunieron en el centro con un gran grito de guerra. Como le habГ­an enseГ±ado, Thor se centrГі en un soldado en particular, eligiendo al mГЎs grande y mГЎs malo que pudo encontrar, y levantando su espada por lo alto. Hubo un gran sonido de metal, mientras la espada de Thor bloqueaba el escudo del hombre, y el hombre inmediatamente bajГі un martillo hacia la cabeza de Thor.

Thor se hizo a un lado, y mientras el martillo caГ­a en la tierra, Thor sacГі la daga de su cinturГіn y lo apuГ±alГі; se desplomГі, muerto.

Thor levantГі su escudo a tiempo para bloquear los golpes de espada de dos atacantes, y luego los detuvo con el suyo, matando a uno de ellos. Estaba a punto de golpear al otro, cuando alcanzГі a vislumbrar una espada yendo hacia Г©l, desde atrГЎs; tuvo que girar y bloquearlo con su escudo.

Thor estaba siendo atacado por todos lados, era superado en número por mucho, y era lo único que podía hacer para evitar que le llovieran golpes de todos lados. No tenía tiempo ni energía para atacar – sólo para defenderse. Y más y más soldados seguían yendo hacia él.

Thor vio a sus hermanos de La Legión en la misma situación: cada uno de ellos lograba matar a uno o dos soldados – pero eran muchísimos; pagaban un precio, recibiendo heridas leves por todos lados. Thor podría decir que ellos estaban perdiendo terreno – incluso con Krohn saltando y atacando, e incluso con Indra ayudando, recogiendo piedras y lanzándolas al grupo de soldados. Sólo sería cuestión de tiempo hasta que fueran rodeados y acabados.

"ВЎLibГ©rennos!", dijo una voz.

Thor se volviГі y vio a Drake, atado con sogas con sus hermanos, a pocos metros de distancia.

"ВЎLibГ©ranos!", repitiГі Drake, "ВЎy les ayudaremos a luchar contra ellos! ВЎLuchamos por la misma causa!".

Mientras Thor levantaba un escudo para bloquear otro gran golpe, esta vez de un hacha de combate, se dio cuenta de que tener tres manos mГЎs ayudarГ­a enormemente. Sin ellos, era obvio que no tenГ­an ninguna posibilidad de derrotar a todos estos soldados. Thor sentГ­a que ya no podГ­a confiar en los tres hermanos, pero en este momento sintiГі que no tenГ­a nada que perder por intentarlo. DespuГ©s de todo, los tres hermanos tenГ­an motivos para luchar tambiГ©n.

Thor bloqueГі todavГ­a otro golpe de espada, luego cayГі de rodillas y rodГі, a travГ©s de la multitud, varios centГ­metros, hasta que llegГі a los tres hermanos. Se levantГі de un salto y cortГі sus sogas una a la vez, protegiГ©ndolos de los golpes, mientras cada uno sacaba sus espadas y saltaba al combate.

Drake, Dross y Durs fueron a la carga hacia la densa multitud de soldados del Imperio y atacaron, acuchillando, empujando, golpeando. Cada uno de ellos era grande y hábil, y atraparon a los soldados del Imperio desprevenidos, matando a varios de ellos inmediatamente, ayudando a las probabilidades. Thor tenía sentimientos encontrados acerca de liberarlos, después de lo que habían hecho – pero dadas las circunstancias, parecía ser la opción más inteligente. Es mejor que la muerte.

Ahora eran nueve contra los restantes ochenta y tantos soldados. Las probabilidades seguГ­an siendo todavГ­a terribles, pero al menos eran mejor que antes.

Los hermanos de la LegiГіn siguieron sus habilidades del entrenamiento, sus ejercicios aprendidos durante Los Cien, las incontables veces que habГ­an sido entrenados para luchar, mientras eran cercados y superados en nГєmero; hicieron lo que Kolk y Brom les habГ­an enseГ±ado a hacer: se replegaron y formaron un cГ­rculo apretado, de espaldas unos con otros, y lucharon contra la invasiГіn de los soldados del Imperio como una sola unidad. Ellos se sintieron envalentonados por la llegada de los tres combatientes adicionales, y cada uno tomГі un segundo aire y se defendiГі mГЎs vigorosamente que antes.

Conval extrajo su mayal y le dio vueltas y golpeГі al enemigo una y otra vez, logrando sacar tres soldados del Imperio antes de que la cadena se alejara de Г©l. Su hermano Conven utilizГі un mazo normal, apuntГі hacia abajo y cortГі las piernas de los soldados con la bola de metal. O'Connor no podГ­a usar su arco a tan corta distancia, pero logrГі extraer dos dagas de su cintura y las arrojГі a la multitud, matando a dos soldados. Elden esgrimiГі su martillo de guerra a dos manos ferozmente, lanzando grandes golpes a su alrededor. Thor y Reece los bloquean y detuvieron con sus espadas de manera experta. Por un momento, Thor se sentГ­a optimista.

Entonces, por el rabillo del ojo de Thor, vio algo que le inquietГі. Vio a uno de los tres hermanos girando y yendo a la carga hacia el cГ­rculo de la LegiГіn; Thor se volviГі y vio a Durs. Г‰l estaba yendo al ataque, no hacia un soldado del Imperio, sino hacia Г©l. Hacia Thor. Por la espalda.

Todo pasГі demasiado rГЎpido, y Thor, luchando contra dos soldados del Imperio ante Г©l, no pudo voltear a tiempo.

Thor sabГ­a que iba a morir. A punto de ser apuГ±alado por la espalda, por un muchacho que una vez habГ­a pensado que era su hermano, un muchacho en quien, ingenuamente, habГ­a confiado dos veces.

Conval apareciГі de repente frente a Thor, para protegerlo.

Y cuando Durs bajГі su espada hacia la espalda de Thor, encontrГі en cambio el pecho de Conval.

Thor se volviГі y gritГі: "ВЎCONVAL!".

Conval se quedГі allГ­, congelado, con los ojos con una mirada de muerte, mientras veГ­a la espada sumirse en su corazГіn, la sangre chorreaba por su torso.

Durs se quedГі allГ­ parado, mirando hacia atrГЎs, igualmente sorprendido.

Conval cayГі de rodillas, brotaba sangre de su pecho. Thor observГі, en cГЎmara lenta, cГіmo Conval, un hermano cercano de La LegiГіn, un muchacho que habГ­a amado como a un hermano, caГ­a de bruces al suelo, muerto. Todo para salvar la vida de Thor.

Durs se quedГі parado encima de Г©l, mirando hacia abajo, pareciendo conmocionado por lo que habГ­a hecho.

Thor se lanzó hacia delante para matar a Durs – pero Conven le ganó. El gemelo de Conval se abalanzó y giró ampliamente su espada, decapitando a Durs, cuyo cuerpo inerte cayó a tierra.

Thor se quedГі allГ­ y se sintiГі hueco por dentro, aplastado por la culpa. HabГ­a cometido demasiados errores de juicio. Si Г©l no hubiera liberado a Durs, Conval podrГ­a estar vivo ahora.

Estando de espaldas hacia el Imperio, les daba a los soldados una oportunidad. Todos se apresuraron a travГ©s del cГ­rculo abierto, y Thor sintiГі que un martillo le pegaba en la parte posterior del omГіplato; la fuerza del golpe lo enviГі al suelo, boca abajo.

Antes de que pudiera levantarse, varios soldados se abalanzaron sobre Г©l; sintiГі sus pies en la espalda, despuГ©s un soldado bajГі la mano, lo sujetГі del cabello y se inclinГі sobre Г©l con un puГ±al.

"DespГ­dete, jovencito", dijo el soldado.

Thor cerrГі los ojos, y al hacerlo, se sintiГі transportado a otro mundo.

Por favor Dios, dijo Thor para sГ­ mismo. PermГ­teme vivir este dГ­a. Dame la fuerza para matar a estos soldados. DГ©jame morir otro dГ­a, en otro lugar, con honor. Vivir lo suficiente para vengar esas muertes. Para ver a Gwendolyn una Гєltima vez.

Mientras Thor estaba allГ­ tumbado, viendo la daga bajar, sintiГі que el tiempo se detenГ­a. SintiГі un repentino torrente de calor subir por sus piernas y torso y brazos, hasta la palma de sus manos, hacia la punta de sus dedos, un cosquilleo tan intenso que no podГ­a cerrar sus dedos. La increГ­ble ola de calor y energГ­a estaba lista para estallar a travГ©s de Г©l.

Thor girГі, sintiГ©ndose cargado con una nueva fuerza y dirigiГі su mano hacia su atacante. Una esfera de luz blanca emanaba de la palma de su mano y enviГі a su atacante a volar por el campo de batalla, derribando a otros soldados junto con Г©l.

Thor se quedГі parado, desbordante de energГ­a y dirigiГі las palmas de sus manos por todo el campo de batalla. Al hacerlo, las bolas blancas de luz fueron hacia todas partes, creando olas de destrucciГіn, tan rГЎpida e intensamente, que en pocos minutos, todos los soldados del Imperio se encontraban apilados en un gran montГіn, muertos.

Cuando se calmГі el calor del momento, Thor hizo un recuento. Г‰l, Reece, O'Connor, Elden y Conven estaban vivos. Cerca estaban Krohn e Indra, tambiГ©n vivos, Krohn jadeando. Todos los soldados del Imperio estaban muertos. Y a sus pies Conval, muerto.

Dross estaba muerto tambiГ©n, una espada de Imperio le atravesГі el corazГіn.

El Гєnico sobreviviente era Drake. Estaba allГ­ tirado, gimiendo en el suelo, con la herida de una daga del Imperio, en el estГіmago. Thor se acercГі a Г©l, mientras Reece, O'Connor y Elden lo arrastraban con fuerza de sus pies, quejГЎndose de dolor.

Drake, gimiendo de dolor, se mofГі insolentemente, semiconsciente.

"Debiste habernos matado desde el principio", dijo Drake, brotando sangre de su boca, irrumpiendo en una larga tos. "Siempre fuiste demasiado ingenuo. Demasiado estГєpido".

Thor sintiГі que sus mejillas enrojecГ­an, y estaba aГєn mГЎs furioso consigo mismo por creerles. Estaba furioso, sobre todo, porque su ingenuidad resultГі en la muerte de Conval.

"SГіlo voy a preguntate esto una vez", gruГ±Гі Thor. "Dime la verdad, y te dejaremos vivir. MiГ©ntenos y seguirГЎs el camino de tus dos hermanos. TГє decides".

Drake tosiГі varias veces.

"ВїDГіnde estГЎ la Espada?", preguntГі Thor exigiendo. "Di la verdad esta vez".

Drake tosiГі repetidas veces, y luego levantГі la cabeza. MirГі hacia arriba y se encontrГі con los ojos de Thor, y su mirada estaba llena de odio.

"Neversink", dijo Drake finalmente.

Thor mirГі a los demГЎs, quienes a su vez lo miraron, confundidos.

"ВїNeversink?", preguntГі Thor.

"Es un lago sin fondo", Indra intervino, avanzando. "Al otro extremo del Gran Desierto. Es un lago de lo mГЎs profundo".

Thor frunciГі el ceГ±o hacia Drake.

"ВїPor quГ©?", le preguntГі.

Drake tosiГі, sintiГ©ndose cada vez mГЎs dГ©bil.

"Fueron Гіrdenes de Gareth", dijo Drake. "QuerГ­a arrojarte a un lugar del que nunca volvieras".

"Pero, Вїpor quГ©?", dijo Thor presionando, confundido. "ВїPor quГ© destruir la Espada?".

Drake mirГі hacia arriba y se encontrГі con sus ojos.

"Si Г©l no podГ­a blandirla", dijo Drake. "Entonces nadie podrГ­a".

Thor lo mirГі largamente y con severidad, y finalmente, se sintiГі satisfecho de que estaba diciendo la verdad.

"Entonces nuestro tiempo es corto", dijo Thor, preparГЎndose para irse.

Drake moviГі la cabeza.

"Nunca llegarГЎs allГЎ a tiempo", dijo Drake. "Son muchos dГ­as por delante. La Espada ya estГЎ perdida para siempre. Renuncia y regresa al Anillo, y no se daГ±en a ustedes mismos".

Thor meneГі la cabeza.

"No pensamos como ustedes", contestó. "No vivimos para salvar nuestras vidas. Vivimos para el valor, para nuestro código de conducta. Y vamos a ir hacia donde eso nos lleve”.

"ВїVes a dГіnde te ha llevado tu valor hasta ahora?", dijo Drake. "Incluso con tu valor, eres un tonto, al igual que el resto de ellos. El valor es no sirve de nada".

Thor lo mirГі mofГЎndose de Г©l. No podГ­a creer que habГ­a sido criado en una casa, que habГ­a pasado toda su infancia, con este sujeto.

Los nudillos de Thor se pusieron blancos mientras apretaba la empuГ±adura de su espada, queriendo mГЎs que nunca matar a ese muchacho. Los ojos de Drake siguieron sus manos.

"Hazlo", dijo Drake. "MГЎtame. Hazlo de una vez por todas".

Thor lo mirГі larga y duramente, con ganas de hacerlo. Pero Drake habГ­a dado su palabra de que si decГ­a la verdad, no lo matarГ­a. Y Thor siempre cumplГ­a su palabra.

"No lo harГ©", dijo finalmente Thor. "Aunque te lo merezcas. No vas a morir por mi mano, porque eso me harГ­a rebajarme a tu nivel".

Thor comenzГі a dar vuelta para alejarse, Conven corriГі hacia adelante y gritГі:

"ВЎPor mi hermano!".

Antes de que cualquiera de ellos pudiera reaccionar, Conven levantГі su espada y la empujГі hacia el corazГіn de Drake. Los ojos de Conven estaban iluminados por la locura, por el dolor, mientras sostenГ­a a Drake en el abrazo de la muerte, y lo veГ­a caer inerte en el suelo, muerto.

Thor mirГі hacia abajo y sabГ­a que la muerte era poco consuelo por la pГ©rdida de Conven. Por la pГ©rdida de todos. Pero, al menos, era algo.

Thor miraba hacia el vasto tramo del desierto ante ellos y sabГ­a que la Espada estaba en algГєn lugar mГЎs allГЎ de sus fronteras. ParecГ­a que estaba a un planeta de distancia. Cuando pensГі que su viaje habГ­a terminado, se dio cuenta de que todavГ­a no habГ­a siquiera comenzado.




CAPГЌTULO TRES


Erec estaba sentado entre las decenas de caballeros en el SalГіn de Armas del Duque dentro de su castillo, seguro detrГЎs de las puertas de Savaria, todos ellos magullados y maltratados por su encuentro con esos monstruos. A su lado estaba sentado su amigo Brandt, quien se agarraba la cabeza con las manos, como muchos de los demГЎs. El ambiente en la cГЎmara era sombrГ­o.

Erec lo sintiГі tambiГ©n. Todos los mГєsculos de su cuerpo le dolГ­an, de la batalla con los hombres del Lord y con los monstruos. HabГ­a sido uno de los dГ­as mГЎs duros de batalla que podГ­a recordar, y el Duque habГ­a perdido a demasiados hombres. Mientras Erec reflexionaba, se dio cuenta de que si no hubiera sido por Alistair, Г©l y Brandt y los demГЎs estarГ­an muertos ahora.

Erec estaba abrumado de gratitud hacia ella – y aún más, con un amor renovado. Él también estaba intrigado por ella, más de lo que había estado en su vida. Siempre había percibido que ella era especial, que incluso era poderosa. Pero los acontecimientos de este día, se lo habían demostrado. Tenía un ardiente deseo de saber más acerca de quién era, sobre el secreto de su linaje. Pero él había jurado no entrometerme – y siempre cumplía su palabra.

Erec no podГ­a esperar a que terminara esta reuniГіn para que Г©l pudiera verla otra vez.

Los caballeros del Duque habГ­an estado sentados allГ­ durante horas, recuperГЎndose, tratando de averiguar quГ© habГ­a pasado, discutiendo acerca de quГ© hacer a continuaciГіn. El Escudo estaba desactivado, y Erec todavГ­a estaba tratando de ver las consecuencias. Significaba que Savaria ahora estaba propensa a un ataque; peor aГєn, los mensajeros habГ­an llegado con las noticias de la invasiГіn de AndrГіnico, de lo que habГ­a sucedido en la Corte del Rey, en Silesia. Erec se sintiГі descorazonado. Su corazГіn le pedГ­a estar con sus hermanos de Los Plateados, defender las ciudades. Pero allГ­ estaba, en Savaria, donde el destino lo habГ­a puesto. TambiГ©n lo necesitaban aquГ­: la ciudad del Duque y la gente era, despuГ©s de todo, una parte estratГ©gica del Imperio MacGil, y tambiГ©n tenГ­an que defenderla.

Pero con los nuevos y numerosos informes acerca de las inundaciones de batallones de AndrГіnico enviados a Savaria, Erec sabГ­a que su ejГ©rcito de un millГіn de hombres, pronto se extenderГ­a a todos los rincones del Anillo. Cuando terminara, AndrГіnico no dejarГ­a nada. Erec habГ­a escuchado las historias de conquistas de AndrГіnico toda su vida, y Г©l sabГ­a que era un hombre cruel sin igual. Por la simple ley de los nГєmeros, los pocos cientos de hombres del Duque serГ­an incapaces de enfrentarlos. Savaria era una ciudad condenada.

"Digo que nos rindamos", dijo el asesor del Duque, un viejo guerrero curtido, que estaba sentado en una larga y rectangular mesa de madera, perdido en un jarra de cerveza, golpeando su guantelete metГЎlico en la madera. Todos los otros soldados se calmaron y lo miraron.

"ВїQuГ© otra opciГіn tenemos?", agregГі Г©l. "Somos unos pocos cientos en contra de un millГіn de ellos".

"Tal vez podamos defendernos, por lo menos conservar la ciudad", dijo otro soldado.

"ВїPero por cuГЎnto tiempo?" preguntГі otro.

"El suficiente para que MacGil envГ­e refuerzos, si podemos aguantar el tiempo suficiente".

"MacGil estГЎ muerto", respondiГі otro guerrero. "Nadie vendrГЎ a ayudarnos".

"Pero su hija vive", respondiГі otro. "AsГ­ como sus hombres. ВЎNo nos abandonarГ­an aquГ­!".

"ВЎApenas puedan defenderse!", protestГі otro.

Los hombres estallaron en agitados murmullos, todos discutiendo entre ellos, hablando unos con otros, dando vueltas y vueltas en cГ­rculos.

Erec estaba allí sentado, viendo todo, y sintiéndose vacío. Había llegado un mensajero hacía varias horas y había entregado la terrible noticia de la invasión de Andrónico – y también, para Erec, aún peores noticias, acababan de decirle que MacGil había sido asesinado. Erec había estado tan lejos de la Corte del Rey durante tanto tiempo, que era la primera vez que había recibido las noticias – y cuando eso ocurrió, sintió como si una daga hubiera sido sumida en su corazón. Había amado a MacGil como padre, y la pérdida le hizo sentir más vacío que nunca.

La habitaciГіn estaba en silencio mientras el Duque aclaraba su garganta y todas las miradas se volvieron hacia Г©l.

"No podemos defender nuestra ciudad contra un ataque", dijo el Duque, lentamente. "Con nuestras habilidades y la fuerza de estos muros, podemos atacar contra un ejército hasta cinco veces más grande que el nuestro – incluso un ejército diez veces mayor que el nuestro. Y tenemos suficientes provisiones para retener un asedio durante semanas. Contra cualquier ejército normal, ganaríamos".

Г‰l suspirГі.

"Pero el Imperio no cuenta con un ejГ©rcito normal", aГ±adiГі. "No podemos defendernos contra un millГіn de hombres. SerГ­a inГєtil".

Hizo una pausa.

"Pero así nos rendiríamos. Todos sabemos lo que Andrónico hace a sus captores. A mí me parece que todos moriríamos de una u otra forma. La pregunta es si moriremos de pie o moriremos de espaldas. ¡Yo digo que muramos de pie!”.

La sala estallГі en una ovaciГіn de aprobaciГіn. Erec no podГ­a estar mГЎs de acuerdo.

"Entonces no nos queda otro curso de acciГіn", continuГі diciendo el Duque. "Defenderemos a Savaria. Nunca nos rendiremos. PodrГ­amos morir, pero todos moriremos juntos".

La habitaciГіn quedГі en un pesado silencio mientras los demГЎs asintieron con la cabeza. ParecГ­a como si todos estuvieran buscando otra respuesta.

"Hay otro camino", dijo Erec finalmente, hablando en voz alta.

PodГ­a sentir que todos lo miraban.

El Duque asintiГі con la cabeza, para que pudiera hablar.

"Podemos atacar", dijo Erec.

"ВїAtacar?", dijeron los soldados, sorprendidos. "ВїLos pocos cientos que somos nosotros, atacando a un millГіn de hombres? Erec, sГ© que eres valiente. Pero, ВїestГЎs loco?"

Erec meneГі la cabeza, muy en serio.

"Lo que no están tomando en cuenta es que los hombres de Andrónico nunca se esperarían un ataque. Tendríamos el elemento sorpresa. Como ustedes dicen, estando aquí sentados, defendiendo, moriremos. Si atacamos, podemos matar a mucho más de ellos; y lo más importante aún, es que si atacamos en la forma correcta, y en el lugar correcto, podríamos hacer más que retenerlos – podríamos ganar".

"ВїGanar?", gritaron todos, mirando a Erec, totalmente desconcertados.

"ВїQuГ© quieres decir?", preguntГі el Duque.

"Andrónico esperará que estemos aquí, sentados y defendamos nuestra ciudad", explicó Erec. "Sus hombres nunca esperarán que tengamos un punto de paso forzoso, fuera de las puertas de nuestra ciudad. Aquí en la ciudad, tenemos la ventaja de los muros fuertes – pero allá afuera, en el campo, tenemos la ventaja de la sorpresa. Y la sorpresa siempre es mejor que la fuerza. Si podemos mantener un punto de paso forzoso natural, podemos canalizarlos a todos a un mismo lugar, y desde allí podemos atacar. Hablo del Barranco Oriental".

"ВїEl Barranco Oriental?", preguntГі un soldado.

Erec asintiГі con la cabeza.

"Es una grieta escarpada entre dos acantilados, el único paso en las Montañas de Kavonia, que está a un día de viaje de aquí. Si los hombres de Andrónico vienen hacia nosotros, la manera más directa será a través del barranco. De lo contrario, tendrán que escalar las montañas. El camino del norte es demasiado estrecho y demasiado fangoso en esta época del año – él perdería semanas. Y desde el sur, tendría que cruzar el Río Fiordo”.

El Duque vio a Erec con admiraciГіn, frotando su barba, pensando.

"Puede que tengas razГіn. AndrГіnico podrГ­a llevar a sus hombres por el barranco. Para cualquier otro ejГ©rcito, serГ­a un acto de suprema arrogancia. Pero para Г©l, con su millГіn de hombres, podrГ­a hacerlo".

Erec asintiГі con la cabeza.

"Si podemos llegar allГ­, si podemos ganarles, podemos sorprenderlos, tenderles una emboscada. Con una posiciГіn como esa, unos cuantos podrГ­an contener a miles".

Todos los otros soldados miraron a Erec con algo parecido a una esperanza y temor, mientras la habitaciГіn se cubrГ­a con un espeso silencio.

"Es un plan audaz, amigo mГ­o", dijo el Duque. "Pero de nuevo, eres un guerrero audaz. Siempre lo has sido", el Duque hizo una seГ±al a un ayudante. "ВЎTrГЎeme un mapa!".

Un muchacho saliГі corriendo de la habitaciГіn y regresГі por otra puerta, sosteniendo un gran rollo de pergamino. Lo desenrollГі en la mesa, y los soldados se reunieron alrededor, analizГЎndolo.

Erec estirГі la mano y encontrГі a Savaria en el mapa y trazГі una lГ­nea con el dedo, hacia el Este, deteniГ©ndose en el Barranco Oriental. HabГ­a una grieta estrecha, rodeada por montaГ±as hasta donde alcanzaba la vista.

"Es perfecto", dijo un soldado.

Los demГЎs asintieron con la cabeza, frotando sus barbas.

"He oГ­do historias de unas pocas docenas de hombres manteniendo a raya a miles, en el barranco", dijo un soldado.

"Eso es un cuento de viejas", dijo otro soldado, cГ­nicamente. "SГ­, tendremos el elemento sorpresa. Pero ВїquГ© mГЎs? No tendremos la protecciГіn de nuestras paredes".

"Tendremos la protecciГіn de las paredes de la naturaleza", respondiГі otro soldado. "Esas montaГ±as, cientos de metros de acantilado sГіlido".

"Nada es seguro", aГ±adiГі Erec. "Como dijo el Duque, o morimos aquГ­, o morimos allГЎ. Digo que muramos allГЎ. La victoria favorece a los audaces".

El Duque, despuГ©s de mucho tiempo de frotar su barba, finalmente asintiГі con la cabeza, se reclinГі y enrollГі el mapa.

"ВЎPreparen sus armas!", gritГі. "ВЎSaldremos esta noche!".


*

Erec, otra vez con su armadura, su espada colgando en su cintura, marchГі por el pasillo del castillo del Duque, yendo en direcciГіn opuesta a todos los hombres. Г‰l tenГ­a una tarea importante que hacer antes de irse a lo que podrГ­a ser su Гєltima batalla.

TenГ­a que ver a Alistair.

Desde que habían regresado de la batalla del día, Alistair había estado en el castillo, al final del pasillo, en su propia habitación, esperando que Erec fuera con ella. Estaba esperando un encuentro feliz, y él se sintió descorazonado cuando se dio cuenta de que tendría que compartirle las malas noticias de que tendría que irse de nuevo. Él tuvo una sensación de paz sabiendo que al menos ella estaría aquí, a salvo, en los muros del castillo, y se sintió más decidido que nunca a mantenerla a salvo, a proteger al Imperio. Su corazón le dolía al pensar en dejarla – no habría querido nada más que pasar tiempo con ella desde su promesa de casarse. Pero simplemente no parecía ser posible.

Cuando Erec dio vuelta a la esquina, sus espuelas tintinearon, sus botas resonaron en los pasillos vacГ­os del castillo; se preparГі para el adiГіs, que sabГ­a que serГ­a doloroso. Finalmente llegГі a una antigua puerta arqueada de madera y golpeГі suavemente con su guantelete.

Se escuchГі el sonido de pasos cruzando la habitaciГіn, y un momento despuГ©s, la puerta se abriГі. El corazГіn de Erec se acelerГі, como lo hacГ­a cada vez que veГ­a a Alistair. AllГ­ estaba ella de pie, en la puerta, con su largo pelo rubio y sus grandes ojos cristalinos, mirГЎndolo como si fuera una apariciГіn. Ella estaba mГЎs hermosa cada vez que la veГ­a.

Erec entrГі y la abrazГі, y ella lo abrazГі tambiГ©n. Lo abrazГі con fuerza, durante mucho tiempo, no queriendo dejarlo ir. Г‰l tampoco querГ­a soltarla. Deseaba mГЎs que nada poder cerrar la puerta detrГЎs de Г©l y quedarse con ella, todo el tiempo que pudiera. Pero el destino no lo querГ­a asГ­.

La calidez de ella y su cercanГ­a hacГ­a que todo estuviera bien en el mundo, y Г©l se negaba a soltarla. Finalmente, ella se alejГі un poco y lo mirГі a los ojos, que brillaban. MirГі su armadura, sus armas, y su rostro cambiГі al darse cuenta de que no iba a quedarse.

"ВїTe vas a marchar otra vez, mi Lord?" preguntГі.

Erec bajГі la cabeza.

"No es mi deseo, mi seГ±ora", respondiГі. "El Imperio se estГЎ acercando. Si me quedo aquГ­, todos moriremos".

"ВїY si te vas?", preguntГі ella.

"Probablemente morirГ© de cualquier manera", reconociГі Г©l. "Pero eso al menos nos darГЎ una oportunidad. Una pequeГ±a posibilidad, pero es una oportunidad".

Alistair se dio vuelta y caminГі hacia la ventana, mirando el patio del Duque, con la puesta del sol; su rostro se iluminГі con la luz tenue. Erec podГ­a ver la tristeza grabada en su rostro, y se acercГі a ella y le retirГі el cabello de su cuello, acariciГЎndola.

"No estГ©s triste, mi seГ±ora", dijo. "Si sobrevivo a esto, volverГ© a tu lado Y entonces estaremos juntos para siempre, libres de todos los peligros y amenazas. Libres finalmente para vivir juntos".

Ella meneГі la cabeza, con tristeza.

"Tengo miedo", dijo.

"ВїDe los ejГ©rcitos que se aproximan?", preguntГі Г©l.

"No", dijo ella, volviГ©ndose hacia Г©l. "De ti".

Erec la mirГі, perplejo.

"Temo que ahora pensarГЎs de mГ­ de manera diferente", dijo ella, "desde que viste lo que pasГі en el campo de batalla.

Erec moviГі la cabeza.

"No pienso en ti de manera distinta en absoluto", dijo. "Me salvaste la vida, y por eso estoy agradecido".

Ella meneГі la cabeza.

"Pero tambiГ©n viste un lado diferente de mГ­", dijo. "Viste que no soy normal. "No soy como todos los demГЎs". Yo tengo un poder dentro de mГ­, que no entiendo. Y ahora temo que pensarГЎs que soy una especie de monstruo. Como una mujer que ya no quieres que sea tu esposa".

A Erec se le rompiГі el corazГіn al escuchar sus palabras, y dio un paso adelante, puso con fervor las manos en las suyas, y la mirГі a los ojos con toda la seriedad que pudo reunir.

"Alistair", dijo. "Te amo con todas mis fuerzas. Nunca ha habido una mujer a la que haya amado más. Y nunca la habrá. Me encanta todo lo que eres. No veo nada diferente en ti de los demás. Los poderes que tienes, sin importar quién seas – aunque no los entiendas, los acepto todos. Estoy agradecido por ello. Juré no entrometerme y mantendré esa promesa. Nunca te lo preguntaré. Sin importar lo que seas, te acepto".

Ella lo mirГі por un largo tiempo, luego sonriГі lentamente, y sus ojos parpadearon, con lГЎgrimas de alivio y alegrГ­a. Ella se volviГі y le abrazГі, con fuerza, con todo su amor.

Le susurró al oído: “¡Regresa a mi lado!".




CAPГЌTULO CUATRO


Gareth estaba parado al borde de la cueva, viendo ponerse el sol, y esperó. Lamió sus labios secos e intentó concentrarse, los efectos del opio finalmente iban desapareciendo. Estaba mareado y no había bebido ni comido en varios días. Gareth pensó en su audaz fuga del castillo, escabulléndose a través del pasadizo secreto detrás de la chimenea, justo antes de que Lord Kultin hubiera intentado emboscarlo, y sonrió. Kultin había sido inteligente en su golpe de estado – pero Gareth había sido más listo. Como todos los demás, él había subestimado a Gareth; no se había dado cuenta de que los espías de Gareth estaban por todas partes, y que se habría enterado de su plan casi instantáneamente.

Gareth habГ­a escapado a tiempo, justo antes de que Kultin lo hubiera emboscado y antes de que AndrГіnico hubiera invadido la Corte del Rey y hubiera arrasado con Г©l. Lord Kultin le habГ­a hecho un favor.

Gareth habГ­a utilizado los antiguos pasadizos secretos del castillo, serpenteando bajo la tierra, que finalmente lo llevГі a la campiГ±a, saliendo en una aldea alejada de la Corte del Rey. HabГ­a salido cerca de una cueva y se habГ­a derrumbado al llegar, durmiendo durante todo el dГ­a, acurrucado y temblando por el implacable aire de invierno. Deseaba haber traГ­do mГЎs capas de ropa.

Despierto, Gareth se agachГі y espiГі, a lo lejos, una pequeГ±a aldea de labranza; habГ­a un puГ±ado de cabaГ±as, salГ­a humo de sus chimeneas y a lo largo de ella estaban los soldados de AndrГіnico marchando por la aldea y el campo. Gareth habГ­a esperado pacientemente hasta que se dispersaron. Le dolГ­a el estГіmago de hambre, y Г©l sabГ­a que necesitaba llegar a una de esas casas. PodГ­a oler que cocinaban comida desde aquГ­.

Gareth saliГі corriendo de la cueva, mirando a todos lados, respirando con dificultad, frenГ©tico de miedo. No habГ­a corrido en aГ±os, y resollГі por el esfuerzo; le hizo darse cuenta de lo delgado y enfermizo que se habГ­a vuelto. La herida en la cabeza, donde su madre le habГ­a golpeado con la escultura, palpitaba. Si sobrevivГ­a a todo esto, jurГі matarla Г©l mismo.

Gareth corrió hacia la ciudad, escapando, afortunadamente, de ser detectado por los pocos soldados del Imperio que estaban de espaldas a él. Corrió a la primera cabaña que vio, una vivienda sencilla, de una habitación, como las demás, un cálido resplandor venía desde dentro. Vio a una adolescente, tal vez de su edad, caminando por la puerta abierta con un montón de carne, sonriente, acompañada de una chica más joven, tal vez era su hermana, como de unos diez años – y decidió que ése era el lugar.

Gareth atravesГі por la puerta con ellas, siguiГ©ndolas, cerrando la puerta de golpe detrГЎs de ellas y agarrando a la chica mГЎs joven por atrГЎs, poniendo su brazo alrededor de la garganta. La chica gritГі, y la chica mayor tirГі su plato de comida, mientras Gareth sacaba un cuchillo de su cintura y lo sostuvo en la garganta de la joven.

Ella gritaba y lloraba.

"ВЎPAPГЃ!".

Gareth se dio vuelta y mirГі la acogedora casa, llena de la luz de las velas y el olor de la comida, y vio, ademГЎs de la adolescente, a una madre y un padre, parados sobre una mesa, mirГЎndolo, con los ojos bien abiertos con miedo y rabia.

"ВЎAlГ©jense y no la matarГ©!". Gareth gritГі, desesperado, alejГЎndose de ellos, resguardando a la joven.

"ВїQuiГ©n es usted?", preguntГі la adolescente. "Yo me llamo Sarka. El nombre de mi hermana es Larka. Somos una familia pacГ­fica. ВїQuГ© quiere con mi hermana? ВЎDГ©jela!".

"SГ© quiГ©n es usted", el padre entrecerrГі los ojos hacia Г©l, en seГ±al de desaprobaciГіn. "Usted era el rey anterior. El hijo de MacGil".

"Sigo siendo rey", gritГі Gareth. "Y ustedes son mis sГєbditos. ВЎHarГЎn lo que yo diga!".

El padre frunciГі el ceГ±o.

"Si usted es el rey, ВїdГіnde estГЎ su ejГ©rcito?", preguntГі. "Y si usted es el rey, Вїpor quГ© estГЎ tomando como rehГ©n a una chica inocente, con un puГ±al de la realeza? ВїTal vez sea el mismo puГ±al que usГі para matar a su propio padre?". El hombre se mofГі. "He oГ­do rumores".

"Tienes una lengua impertinente", dijo Gareth. "Sigue hablando y matarГ© a tu hija".

El padre tragГі saliva, sus ojos se abrieron con temor, y se quedГі callado.

"ВїQuГ© quiere de nosotros?", gritГі la madre.

"Comida", dijo Gareth. "Y refugio. Alerten a los soldados de mi presencia, y les prometo que voy a matarla. Sin trucos, Вїentienden? DГ©jenme en paz, y ella vivirГЎ. Quiero pasar la noche aquГ­. Sarka, trГЎeme ese plato de carne. Y tГє, mujer, aviva el fuego y trГЎeme un manto para poner sobre mis hombros. ВЎHГЎganlo lentamente!", advirtiГі.

Gareth observaba mientras el padre asentГ­a con la cabeza, a la madre. Sarka puso la carne en su plato, mientras que la madre se acercaba con un grueso manto y lo ponГ­a sobre los hombros de Г©l. Gareth, aГєn temblando, se acercГі lentamente hacia la chimenea, el fuego rugiente calentГі su espalda, mientras se sentaba en el suelo, a su lado, sosteniendo con firmeza a Larka, que todavГ­a estaba llorando. Sarka se acercГі con el plato.

"ВЎPonlo en el suelo junto a mГ­!", ordenГі Gareth. "Lentamente".

Conmocionada, Sarka lo hizo, mirando con preocupaciГіn a su hermana, y lo azotГі en el suelo, junto a Г©l.

Gareth estaba abrumado por el olor. Г‰l se agachГі y tomГі un trozo de carne con su mano libre, sosteniendo la daga en la garganta de Larka con la otra; masticГі y masticГі, cerrando los ojos, saboreando cada bocado. Masticaba mГЎs rГЎpido de lo que podГ­a tragar, la comida colgaba de su boca.

"ВЎVino!", gritГі.

La madre le llevГі una bota de cuero para vino, y Gareth la apretГі en su boca, bebiГ©ndolo. RespirГі profundamente, masticando y bebiendo, empezando a sentirse bien de nuevo.

"ВЎAhora, suГ©ltela!", dijo el padre.

"De ninguna manera", respondiГі Gareth. "PasarГ© la noche aquГ­, asГ­, con ella en mis brazos. Ella estarГЎ a salvo, mientras yo lo estГ©. ВїQuieres ser un hГ©roe? ВїO quieres que tu hija viva?".

Los familiares se miraron unos a otros, sin hablar, vacilantes.

"ВїPuedo hacerle una pregunta?", preguntГі Sarka. "Si usted es un buen rey, Вїpor quГ© trata asГ­ a sus sГєbditos?".

Gareth la mirГі, desconcertado, y finalmente se reclinГі y estallГі en risas.

"ВїQuiГ©n dijo que yo era un buen rey?".




CAPГЌTULO CINCO


Gwendolyn abriГі los ojos, sintiendo que el mundo se movГ­a a su alrededor y luchГі por averiguar dГіnde estaba. Vio, pasando junto a ella, las enormes puertas arqueadas de piedras rojas de Silesia, vio a miles de soldados del Imperio observГЎndola, asombrados. Vio a Steffen, caminando junto a ella, y mirГі al cielo, rebotando hacia arriba y hacia abajo. Se dio cuenta de que la llevaban cargando. Que estaba en brazos de alguien.

Ella estirГі el cuello y vio los ojos brillantes, intensos de Argon. Se dio cuenta de que estaba siendo llevada por Argon, con Steffen a su lado; los tres caminando abiertamente a travГ©s de las puertas de Silesia, pasando entre miles de soldados del Imperio, que se apartaban de ellos y se quedГі allГ­, mirando. Estaban rodeados de un resplandor blanco y Gwendolyn podГ­a sentirse inmersa en una especie de escudo protector en los brazos de Argon. Se dio cuenta de que estaba haciendo una especie de hechizo para mantener a raya a todos los soldados.

Gwen se sentГ­a reconfortada, protegida, en los brazos de Argon. Le dolГ­an todos los mГєsculos de su cuerpo, estaba agotada, y no sabГ­a si podГ­a caminar si lo intentaba. Parpadeaba, al ir avanzando, y vio al mundo pasar por ella en fragmentos. Vio un pedazo de pared desmoronada; un parapeto colapsado; una vivienda quemada; una pila de escombros; los vio pasar a travГ©s del patio, llegar a las puertas mГЎs lejanas, en el borde del CaГ±Гіn; los vio pasar a travГ©s de ellos, tambiГ©n, los soldados haciГ©ndose a un lado.

Llegaron al borde del CaГ±Гіn, la plataforma cubierta de pГєas de metal, y mientras Argon estaba allГ­ parado, la plataforma bajГі, llevГЎndolos de regreso a las profundidades de la Baja Silesia.

Al entrar a la ciudad de la parte baja, Gwendolyn vio a docenas de rostros, los rostros preocupados y amables de los ciudadanos de Silesia, viГ©ndola pasar, como si fuera un espectГЎculo. Todos miraban con asombro y preocupaciГіn, mientras ella seguГ­a descendiendo hacia la plaza principal de la ciudad.

Al llegar, cientos de personas los rodearon. Ella vio caras conocidas – a Kendrick, a Srog, a Godfrey, a Brom, a Kolk, a Atme, a docenas de Los Plateados y de La Legión, que reconoció… Se reunieron a su alrededor, con la angustia en sus rostros, en el sol temprano de la mañana, mientras la niebla se arremolinaba en el Cañón y sintió una brisa fría punzándola. Cerró los ojos, tratando de que todo eso desapareciera. Se sintió como una cosa en exhibición y aplastada en las profundidades. Se sintió humillada. Y sintió que había decepcionado a todos.

Continuaron, mГЎs allГЎ de todas las personas, a travГ©s de las callejuelas de la parte baja de la ciudad, a travГ©s de otra entrada arqueada, y finalmente al pequeГ±o palacio de la parte baja de Silesia. Gwen entraba y salГ­a de la conciencia, mientras entraban a un magnГ­fico castillo rojo, subiendo un conjunto de escaleras, por un largo pasillo y hacia otra alta puerta arqueada. Finalmente, se abriГі una pequeГ±a puerta y entraron en una habitaciГіn.

La habitaciГіn tenГ­a una luz tenue. ParecГ­a ser un amplio dormitorio, con una cama antigua con dosel en su centro, con el fuego rugiente de una antigua chimenea de mГЎrmol, no muy lejos de allГ­. Varias asistentes estaban paradas en la habitaciГіn, y Gwendolyn sintiГі que Argon la llevaba a la cama, la colocaba suavemente sobre ella. Al hacerlo, docenas de personas se reunieron, mirГЎndola con preocupaciГіn.

Argon se retirГі, dio varios pasos hacia atrГЎs y desapareciГі en medio de la multitud. Ella lo buscГі, parpadeando varias veces, pero ya no lo pudo encontrar. Se habГ­a ido. SintiГі la ausencia de su energГ­a protectora, que la habГ­a estado envolviendo como un escudo. Se sentГ­a mГЎs frГ­a, menos protegida, sin Г©l.

Gwen lamiГі sus labios agrietados y un momento despuГ©s sintiГі que su cabeza era apuntalada por detrГЎs, le colocaban una almohada y un jarro de agua en sus labios. Ella bebiГі y bebiГі, y se dio cuenta de cuГЎnta sed tenГ­a. MirГі hacia arriba y vio a una mujer que reconociГі.

A Illepra, la curandera real. Illepra la mirГі, con sus ojos color avellana, llenos de preocupaciГіn, le dio agua, pasando un paГ±o caliente sobre su frente, quitando el cabello de su cara. Puso una mano sobre su frente y Gwen sentГ­a una energГ­a curativa que pasaba a travГ©s de ella. SentГ­a los ojos pesados, y pronto los cerrГі contra su voluntad.


*

Gwendolyn no sabГ­a cuГЎnto tiempo habГ­a pasado cuando abriГі los ojos otra vez. TodavГ­a se sentГ­a exhausta, desorientada. En sus sueГ±os habГ­a oГ­do una voz, y ahora la escuchaba otra vez.

"Gwendolyn", dijo la voz. Lo oyГі resonar en su mente, y se preguntГі cuГЎntas veces Г©l habГ­a llamado su nombre.

MirГі hacia arriba y reconociГі a Kendrick, quien la observaba. Junto a Г©l estaba su hermano Godfrey, junto con Srog, Brom, Kolk y varios otros. Del otro lado, estaba parado Steffen. Odiaba las expresiones en sus rostros. La veГ­an como si fuera causa de lГЎstima, como si hubiera regresado de entre los muertos.

"Hermana mГ­a", dijo Kendrick, sonriendo. PodГ­a oГ­r la preocupaciГіn en su voz. "Dinos lo que pasГі".

Gwen meneГі la cabeza, demasiado cansada para recordar todo.

"Andrónico", dijo ella, con voz ronca, que parecía más como un susurro. Ella aclaró su garganta. "Intenté… rendirme… a cambio de la ciudad… Confié en él. Fue una estupidez…"

Ella meneГі la cabeza una y otra vez, una lГЎgrima rodaba por su mejilla.

"No; tГє eres noble", corrigiГі Kendrick, estrechando su mano. "Eres la mГЎs valiente de todos nosotros".

"Hiciste lo que hubiera hecho cualquier gran lГ­der", dijo Godfrey, avanzando.

Gwen meneГі la cabeza.

"Él nos engañó…", dijo Gwendolyn. “Y me atacó. Hizo que McCloud me atacara".

Gwen no pudo evitarlo: comenzГі a llorar, mientras decГ­a esas palabras, incapaz de evitarlo. Ella sabГ­a que un lГ­der-no harГ­a eso, pero no podГ­a evitarlo.

Kendrick apretГі su mano mГЎs fuerte.

"Iban a matarme…", dijo, "…pero Steffen me salvó… "

Todos los hombres vieron a Steffen con un nuevo respeto, quien estaba parado fielmente a su lado, inclinando la cabeza.

"Lo que hice fue demasiado poco y demasiado tarde", respondiГі humildemente. "Era un hombre solo contra muchos".

"Aun asГ­, salvaste a nuestra hermana y por eso siempre estaremos en deuda contigo", dijo Kendrick.

Steffen meneГі la cabeza.

"Tengo una deuda mucho mayor con ella", respondiГі Г©l.

Gwen llorГі.

"Argon nos salvГі a los dos", terminГі diciendo ella.

El rostro de Kendrick se volviГі sombrГ­o.

"Te vengaremos", dijo Г©l.

"No solo me preocupo por mí misma", dijo ella. "Sino por la ciudad… por nuestro pueblo… por Silesia. Andrónico… atacará…"

Godfrey le dio palmaditas en su mano.

"No te preocupes por eso ahora", dijo, avanzando. "Descansa. Hablaremos de estas cosas. Ahora estГЎs a salvo aquГ­".

Gwen sentГ­a que los ojos se le cerraban. No sabГ­a si estaba despierta o soГ±ando.

"Ella necesita dormir", dijo Illepra, avanzando, protectora.

Gwendolyn dГ©bilmente oyГі todo eso, mientras se sentГ­a mГЎs y mГЎs pesada, entrando y saliendo de la conciencia. En su mente aparecГ­an imГЎgenes de Thor y luego, de su padre. Le estaba costando trabajo discernir entre lo que era real y lo que era un sueГ±o, y oyГі sГіlo fragmentos de la conversaciГіn, en su mente.

"ВїQuГ© tan graves son las heridas?", dijo una voz, tal vez la de Kendrick.

Ella sentГ­a que Illepra pasaba su mano sobre la frente. Y entonces, las Гєltimas palabras que escuchГі, antes de que sus ojos se cerraran, fueron las de Illepra:

"Las heridas en el cuerpo son ligeras, mi Lord. Las heridas en su espГ­ritu, son las mГЎs profundas".


*

Cuando Gwen despertГі otra vez, escuchГі el crepitar del fuego. No podГ­a saber cuГЎnto tiempo habГ­a pasado. ParpadeГі varias veces, mientras miraba alrededor de la habitaciГіn oscurecida y vio que la multitud se habГ­a dispersado. Las Гєnicas personas que se quedaron fueron Steffen, sentado en una silla junto a su cama, Illepra, que estaba parada junto a ella, aplicando un ungГјento en su muГ±eca, y sГіlo una persona mГЎs. Era un anciano amable, que la miraba con preocupaciГіn. Ella casi lo reconociГі, pero fue difГ­cil ubicarlo. Se sentГ­a cansada, muy cansada, como si no hubiera dormido en aГ±os.

"ВїMi seГ±ora?", dijo el anciano, inclinГЎndose. TenГ­a algo grande en ambas manos, y ella mirГі hacia abajo y se dio cuenta de que era un libro encuadernado en cuero.

"Soy Aberthol", dijo. "Su maestro. ВїMe oye?".

Gwen tragГі saliva y asintiГі lentamente con la cabeza, abriendo un poco los ojos.

"He estado esperando horas para verla", dijo. "La vi agitada".

Gwen asintiГі lentamente, recordando, agradecida por su presencia.

Aberthol se inclinГі y abriГі su gran libro, y ella podГ­a sentir el peso de Г©l en su regazo. EscuchГі el crujido de sus pesadas pГЎginas, mientras Г©l les daba vuelta.

"Es uno de los pocos libros que salvé", dijo él, "antes de que quemaran la Casa de los Eruditos. Es la cuarta historia de los MacGil. La ha leído. Adentro están escondidas las historias de conquista y triunfos y derrotas, por supuesto – sin embargo, también hay otras historias. Historias de los grandes líderes heridos. De heridas en el cuerpo y heridas del espíritu. Todo tipo de lesiones imaginables, mi señora. Y esto es lo que he venido a decirle: incluso los mejores hombres y mujeres han sufrido tratos inimaginables, lesiones y torturas. No está sola. Es un rayo en la rueda del tiempo. Hay muchos otros que han sufrido peores cosas que usted – y muchos que sobrevivieron y que llegaron a convertirse en grandes líderes.

"No se sienta avergonzada", dijo, agarrando su muñeca. "Eso es lo que quiero decirle. Nunca se avergüence. No debe haber ninguna vergüenza en usted – sólo honor y coraje por lo que ha hecho. Es la mejor gobernante que ha tenido el Anillo. Y esto no la disminuye en modo alguno.

Gwen, conmovida por sus palabras, sintiГі que una lГЎgrima rodaba por su mejilla. Sus palabras eran justo lo que necesitaba escuchar, y se sintiГі muy agradecida por ellas. LГіgicamente, sabГ­a y entendГ­a que Г©l tenГ­a razГіn.

Pero emocionalmente, todavГ­a tenГ­a problemas para sentirlo. Una parte de ella no podГ­a evitar sentirse como si de alguna manera hubiera sido daГ±ada para siempre. Ella sabГ­a que no era cierto, pero eso es lo que sentГ­a.

Aberthol sonriГі, mientras sostenГ­a un libro mГЎs pequeГ±o.

"ВїRecuerda Г©ste?", preguntГі, dando vuelta a su cubierta encuadernado en cuero rojo. "Era su favorito durante la infancia. Las leyendas de nuestros padres. AllГ­ hay una historia en particular, que pensГ© en leerle, para ayudarla a pasar el tiempo".

Gwen estaba conmovida por el gesto, pero no podГ­a aguantar mГЎs. Ella meneГі la cabeza, con tristeza.

"Gracias", dijo, con su voz ronca, mientras otra lГЎgrima rodaba por su mejilla. "Pero no puedo escucharla ahora".

En el rostro de Г©l se reflejГі la decepciГіn, luego asintiГі, comprendiendo.

"En otra ocasiГіn", dijo ella, sintiГ©ndose abatida. "Necesito estar sola. Si no te molesta, dГ©jame sola, por favor. DГ©jenme todos ustedes", dijo ella, girando y mirando a Steffen y a Illepra.

Todos ellos se levantaron e inclinaron sus cabezas, luego se volvieron y salieron apresuradamente de la habitaciГіn.

Gwen se sentГ­a culpable, pero no podГ­a evitarlo, querГ­a hacerse bolita y morir. Ella escuchГі cruzar sus pasos por la habitaciГіn, oyГі que la puerta se cerraba detrГЎs de ellos y levantГі la vista para asegurarse de que la habitaciГіn estuviera vacГ­a.

Pero se sorprendiГі al ver que no lo estaba: habГ­a una figura solitaria, parada en la puerta, erguida, con su postura perfecta, como siempre. Ella caminaba lenta y seГ±orialmente hacia Gwen, deteniГ©ndose a pocos metros de su cama, mirГЎndola, inexpresiva.

Era su madre.

Gwen se sorprendiГі al verla allГ­ parada, la ex reina, tan seГ±orial y orgullosa como siempre, la miraba con una expresiГіn mГЎs frГ­a que nunca. No habГ­a ninguna compasiГіn detrГЎs de sus ojos, como habГ­a detrГЎs de los ojos de los otros visitantes.

"ВїPor quГ© estГЎs aquГ­?", preguntГі Gwen.

"He venido a verte".

"Pero yo no quiero verte", dijo Gwen. "No quiero ver a nadie".

"No me importa lo que quieras", dijo su madre, frГ­a y segura. "Yo soy tu madre, y tengo derecho a verte cuando quiera".

Gwen sintiГі surgir su vieja ira hacia su madre; ella era a la Гєltima persona que querГ­a ver en este momento. Pero conocГ­a bien a su madre y sabГ­a que no se irГ­a hasta decir lo que tenГ­a en mente.

"Entonces, habla", dijo Gwendolyn. "Habla y vete y acaba conmigo".

Su madre suspirГі.

"No sabes esto", dijo su madre. "Pero cuando era joven, de tu edad, fui atacada de la misma manera que tГє".

Gwen la mirГі, sorprendida; no tenГ­a idea de eso.

"Tu padre lo sabГ­a", continuГі diciendo su madre. "Y no le importГі. De todos modos se casГі conmigo. En ese entonces, sentГ­ que mi mundo habГ­a terminado. "Pero no fue asГ­".

Gwen cerrГі los ojos, sintiendo que otra lГЎgrima rodaba por sus mejillas, tratando de bloquear el asunto. Ella no querГ­a escuchar la historia de su madre. Era demasiado tarde para que su madre sintiera verdadera compasiГіn. ВїCreГ­a que podrГ­a entrar aquГ­, despuГ©s de tantos aГ±os de malos tratos y contarle una historia solidaria y esperar a cambio que eso reparara todo?

"ВїYa terminaste?", preguntГі Gwendolyn.

Su madre dio un paso adelante. "No, no he terminado", dijo con firmeza. "Ahora eres la Reina – es hora de actuar como tal", dijo su madre, con su voz tan dura como el acero. Gwen escuchó una fuerza en ella, que nunca había oído antes. "Sientes lástima por ti misma. Pero las mujeres, todos los días, en todas partes, sufren peores destinos que tú. Lo que te ha pasado no es nada en la maquinación de la vida. ¿Entiendes? No es nada".

Su madre suspirГі.

"Si quieres sobrevivir y sentirte bien en este mundo, tienes que ser fuerte. Más fuerte que los hombres. Los hombres te afectarán, de una forma o de otra. No es lo que te sucede – es cómo lo percibes. Cómo reaccionas ante eso. Eso es sobre lo que tienes control. Puedes agonizar y morir. O puedes ser fuerte. Eso es lo que diferencia a las niñas de las mujeres".

Gwen sabГ­a que su madre estaba tratando de ayudar, pero le molestaba la falta de compasiГіn en su enfoque. Y odiaba ser aleccionada.

"Te odio", le dijo Gwendolyn. "Siempre te he odiado".

"Lo sé", dijo su madre. "Y yo también te odio. Pero eso no significa que no podamos entendernos mutuamente. No quiero tu amor – lo que quiero es que seas fuerte. Este mundo no está gobernado por personas débiles y temerosas – está gobernado por aquellos que sacuden la cabeza ante la adversidad, como si no significara nada. Puedes colapsar y morir, si lo deseas. Hay un montón de tiempo para eso. Pero eso es aburrido. Sé fuerte y vive. Vive de verdad. Sé un ejemplo para otros. Porque un día, te lo aseguro, vas a morir de todos modos. Y mientras estés viva, más te vale vivir".

"ВЎDГ©jame en paz!". Gwendolyn gritГі, incapaz de oГ­r una palabra mГЎs.

Su madre la miraba frГ­amente, despuГ©s, finalmente, tras un silencio interminable, se dio vuelta y saliГі pavoneГЎndose de la habitaciГіn y azotГі la puerta detrГЎs de ella.

En el silencio vacГ­o, Gwen comenzГі a llorar, y llorГі y llorГі. MГЎs que nunca, deseaba que todo eso desapareciera.




CAPГЌTULO SEIS


Kendrick estaba parado en el amplio rellano en el borde del Cañón, viendo a la bruma. Mientras miraba, su corazón se estaba rompiendo por dentro. Le hacía sentir destrozado ver a su hermana como estaba, y se sentía culpable, como si él mismo hubiera sido la víctima. Podía ver en los rostros de todos los silesios que consideraban a Gwen más que una gobernante – todos ellos la consideraban como familia. También estaban desanimados. Era como si Andrónico les hubiera hecho daño a todos.

Kendrick sentía como si él fuera el culpable. Él debería haber sabido que su hermana menor haría algo así, sabiendo lo valiente, lo orgullosa que era. Él debió haber anticipado que trataría de entregarse a sí misma, antes de que cualquiera de ellos hubiera tenido la oportunidad de detenerla, y debería haber encontrado una manera de impedírselo. Él conocía su naturaleza, sabía lo confiada que era, conocía su buen corazón – y también, como un guerrero, sabía, mejor que ella, la brutalidad de algunos dirigentes. Él era mayor y más sabio que ella, y sintió que la había defraudado.

Kendrick también se sentía culpable porque todo, esta grave situación, era demasiado para estar en la cabeza de una sola persona, de una gobernante recién coronada, una chica de 16 años de edad. Ella no debió haber soportado la peor parte sola. Una decisión tan pesada habría sido difícil para su propia mente – incluso para su padre. Gwendolyn hizo lo mejor que pudo hacer en las circunstancias, y tal vez lo hizo mejor que cualquiera de ellos hubiera hecho. Kendrick no habría sabido cómo tratar con Andrónico. Ninguno de ellos habría sabido.

Kendrick pensГі en AndrГіnico, y su rostro enrojeciГі de ira. Г‰l era un lГ­der sin moral, sin principios, sin humanidad. Estaba claro para Kendrick que si todos ellos se rendГ­an ahora, tendrГ­an la misma suerte: AndrГіnico matarГ­a o harГ­a esclavos a todos y cada uno de ellos.

Algo habГ­a cambiado en el aire. Kendrick podГ­a verlo a los ojos de todos los hombres, y Г©l mismo lo sentГ­a. Los silesios ya no estaban decididos a sobrevivir, a defenderse solamente. Ahora querГ­an venganza.

"ВЎSILESIOS!", rugiГі una voz.

La multitud se calmГі y mirГі hacia arriba. En la ciudad superior, en el borde del CaГ±Гіn, mirando hacia abajo, estaba parado AndrГіnico, rodeado de sus secuaces.

"ВЎLes doy una opciГіn!", gritГі. "ВЎEntrГ©guenme a Gwendolyn y los dejarГ© vivir! Si no, va a llover fuego sobre ustedes, a partir de la puesta del sol, un fuego tan intenso que ninguno de ustedes vivirГЎ".

Se detuvo, sonriente.

"Es una oferta muy generosa. No lo piensen mucho".

Con eso, AndrГіnico se dio vuelta y se marchГі furioso.

Los silesios, poco a poco se volvieron y se miraron unos a otros.

Srog dio un paso adelante.

"¡Compañeros silesios!", dijo Srog, a una enorme y creciente multitud de guerreros, más serios de lo que Kendrick había visto en él. "Andrónico ha atacado a nuestra muy apreciada y mejor gobernante. La hija de nuestro amado rey MacGil y una gran reina, por su propio derecho. Él ha atacado a todos y cada uno de nosotros. Ha tratado de poner una mancha en nuestro honor – ¡pero él sólo se ha manchado a sí mismo!".

"ВЎSГЌ!", gritГі la multitud, los hombres agitГЎndose, cada uno sujetando las empuГ±aduras de sus espadas, con fuego en sus ojos.

"Kendrick", dijo Srog, volviГ©ndose hacia Г©l. "ВїQuГ© propones?".

Kendrick lentamente mirГі a los ojos de todos los hombres delante de ellos.

"ВЎATAQUEMOS!". Kendrick gritГі, con fuego en sus venas.

La multitud gritГі en aprobaciГіn, una multitud cada vez mГЎs y mГЎs grande, con valentГ­a en sus ojos. Todas y cada una de estas personas, se dio cuenta Г©l, estaban dispuestos a luchar hasta la muerte.

"ВЎMORIREMOS COMO HOMBRES Y NO COMO PERROS!", gritГі Kendrick, otra vez.

ВЎSГЌ!", gritaba la multitud.

"ВЎLUCHAREMOS POR GWENDOLYN! ВЎPOR TODAS NUESTRAS MADRES Y HERMANAS Y ESPOSAS!".

"ВЎSГЌ!".

"ВЎPOR GWENDOLYN!", gritГі Kendrick.

"ВЎPOR GWENDOLYN!", gritГі la multitud.

La multitud rugГ­a en Г©xtasis, aumentando cada vez mГЎs con cada momento que pasaba.

Con un grito final, siguieron a Kendrick y a Srog que iban al mando hacia el estrecho rellano, mГЎs y mГЎs arriba, hacia la parte alta de Silesia. HabГ­a llegado el momento de mostrar a AndrГіnico de quГ© estaban hechos Los Plateados.




CAPГЌTULO SIETE


Thor estaba parado con Reece, O'Connor, Elden, Conven, Indra y Krohn en la desembocadura del rГ­o, todos ellas mirando hacia abajo, al cadГЎver de Conval. El ambiente en el aire era sombrГ­o. Thor, tambiГ©n lo sentГ­a, el peso de ello en su pecho, tirando de Г©l hacia abajo, mientras miraba a su hermano de la LegiГіn. Conval. Muerto. No parecГ­a posible. Eran seis los que iban en este viaje, hasta donde Thor podГ­a recordar. Nunca habГ­a imaginado que terminarГ­an siendo cinco. Le hizo sentir su mortalidad.

Thor pensó en todas las veces que Conval había estado allí para él, recordaba cómo siempre había estado allí, en cada paso de su viaje, desde el primer día en que Thor se había unido a la Legión. Era como un hermano para él. Conval siempre había defendido a Thor, siempre había tenido un buen consejo para él; a diferencia de algunos de los otros, él había aceptado a Thor como amigo desde el principio. Verlo allí muerto – y sobre todo como resultado de los errores de Thor – hizo que Thor sintiera náuseas. Si él nunca hubiera confiado en esos tres hermanos, tal vez Conval estaría vivo ahora.

Thor no podrГ­a pensar en Conval sin Conven, dos gemelos idГ©nticos, inseparables, siempre completГЎndose mutuamente los pensamientos. No se imaginaba el dolor que estaba sintiendo Conven. Conven parecГ­a como si ya no estuviera en sus cabales; el feliz y despreocupado Conven, que habГ­a conocido una vez, parecГ­a haberse ido de un solo golpe.

Todos estaban parados en el borde del campo de batalla donde habГ­a ocurrido, los cadГЎveres de los soldados del Imperio estaban amontonados alrededor de ellos. Estaban allГ­ parados, arraigados, mirando a Conval, ninguno de ellos dispuesto a seguir adelante, hasta darle un entierro apropiado. HabГ­an encontrado algunas pieles en algunos de los oficiales del Imperio, les habГ­an desnudado y habГ­an envuelto el cadГЎver de Conval con ellas. Le habГ­an colocado en un pequeГ±o bote, el que habГ­an utilizado para llegar aquГ­, y su cadГЎver estaba allГ­, largo, tieso, mirando al cielo. El entierro de un guerrero. Conval ya se veГ­a congelado, su cuerpo rГ­gido y amoratado, como si nunca hubiese vivido.

Thor no sabГ­a cuГЎnto tiempo habГ­an estado parados allГ­, cada uno de ellos perdido en sus propias penas, ninguno querГ­a ver que se fuera su cuerpo. Indra puso su mano encima de la cabeza de Conval en pequeГ±os cГ­rculos, cantando algo en un idioma que no entendГ­a Thor, con los ojos cerrados. Г‰l se daba cuenta de lo mucho que a ella le importaba Г©l, mientras llevaba a cabo el funeral solemne, y Thor sintiГі paz con el sonido. Ninguno de los muchachos sabГ­a quГ© decir, y todos estaban allГ­ sombrГ­amente, silenciosos, dejando a Indra el servicio.

Finalmente, Indra terminГі y dio un paso atrГЎs. Conven dio un paso adelantГі, las lГЎgrimas corrГ­an por sus mejillas y se arrodillГі al lado de su hermano. Г‰l extendiГі la mano y la puso en la de Г©l, inclinando la cabeza.

Conven extendiГі la mano y dio un empujГіn a la embarcaciГіn. Se balanceaba hacia las aguas del rГ­o, y luego, como si entendieran las mareas, la corriente de repente creciГі, alejando el barco, lenta y suavemente. Se alejГі mГЎs y mГЎs del grupo; Krohn lloriqueando mientras se iba. De la nada, surgiГі una niebla, y consumiГі el barco. DesapareciГі.

Thor sentГ­a como si tambiГ©n su cuerpo hubiera sido absorbido en el mundo terrenal.

Lentamente, los chicos se miraron unos a otros, y vieron mГЎs allГЎ del campo de batalla y a las tierras lejanas detrГЎs de Г©l. DetrГЎs de ellos estaba el submundo del cual vinieron; a un lado estaba una vasta planicie de pasto; y al otro lado habГ­a un terreno baldГ­o, un desierto endurecido. Estaban en una encrucijada.

Thor se dirigiГі a Indra.

"ВїPara llegar a Neversink debemos cruzar ese desierto?", preguntГі Thor.

Ella asintiГі.

"ВїNo hay otra manera?", preguntГі Г©l.

Ella meneГі la cabeza.

"Hay otras maneras, pero menos directas. PerderГ­an semanas. Si esperan vencer a los ladrones, es la Гєnica manera".

Los demГЎs lo miraron largo y tendido, los soles quemando, formando ondas.

"Parece despiadado", dijo Reece, yendo al lado de Thor.

"No conozco a nadie que lo haya cruzado y siga vivo", dijo Indra. "Es enorme, lleno de criaturas hostiles".

"No tenemos suficientes provisiones", dijo O'Connor. "No lo lograrГ­amos".

"Pero es el camino hacia la Espada", dijo Thor.

"Asumiendo que la Espada todavГ­a exista", dijo Elden.

"Si los ladrones han llegado a Neversink", dijo Indra, "entonces su preciosa Espada estГЎ perdida para siempre. ArriesgarГ­an su vida por un sueГ±o. Lo mejor que pueden hacer ahora es regresar al Anillo".

"Nosotros no volveremos", dijo Thor, decidido.

"Sobre todo ahora", agregГі Conven, avanzando hacia adelante, con sus ojos encendidos de ardor y dolor.

"Encontraremos esa Espada o moriremos en el intento", dijo Reece.

Indra meneГі la cabeza y suspirГі.

"No esperaba otra respuesta de ustedes, muchachos", dijo ella. "Insensatos hasta el final".


*

Thor caminaba junto a los demГЎs a travГ©s del desierto, entrecerrando los ojos hacia el fuerte sol, jadeando por el calor implacable. PensГі que estarГ­a encantado de librarse del inframundo, de su melancolГ­a siempre presente, de ser incapaz de ver los soles. Pero se habГ­a ido de un extremo al otro. AquГ­, en este desierto, no habГ­a nada mГЎs que sol: sol amarillo y cielo amarillo, brillando sobre Г©l y ningГєn lugar a dГіnde ir. Le dolГ­a la cabeza, y se sentГ­a mareado. Estaba arrastrando los pies y sentГ­a como si hubiera estado caminando una vida; al voltear, vio que los otros estaban igual.

Ellos habían estado caminando medio día, y no sabía cómo podrían continuar con esto. Miró a Indra, sosteniendo su capucha sobre la cabeza y se preguntó si ella había tenido razón. Tal vez habían sido temerarios al intentar esto. Pero él había prometido encontrar la Espada – y ¿qué otra opción tenían?

Al avanzar, sus pies agitaban nubes de polvo, arremolinándose en todas partes, haciendo aún más difícil respirar. En el horizonte no había nada más que lodo secado al sol, todo era plano hasta donde alcanzaba la vista. No había el menor atisbo de estructura o camino o montaña – ni nada. Nada sino el desierto. Thor sentía como si hubieran llegado hasta el final del mundo.

Al avanzar, Thor se consoló con una cosa: por lo menos ahora, por primera vez, sabía a dónde iban. Ya no estaba a merced de escuchar a esos tres hermanos y su estúpido mapa; ahora escuchaban a Indra y él confiaba más en ella, de lo que alguna vez había confiado en ellos. Se sentía seguro de que iban en la dirección correcta – pero no estaba seguro de que sobrevivirían al viaje.

Thor comenzГі a oГ­r un ruido silbante sutil, y cuando mirГі hacia abajo, vio que la arena alrededor de Г©l giraba en cГ­rculos. Los demГЎs tambiГ©n lo vieron, y Thor se sintiГі confundido mientras la arena se reunГ­a lentamente, los cГ­rculos eran mГЎs intensos en sus pies, luego se levantaban hasta el cielo. Pronto surgiГі una nube de polvo, levantГЎndose del suelo del desierto, subiendo mГЎs y mГЎs alto.

Thor sintiГі que todo su cuerpo se secaba de repente. SentГ­a como si cada gota de agua fuera jalada de su cuerpo, y Г©l ansiaba tener agua; nunca habГ­a tenido tanta sed en su vida.

ExtendiГі la mano con miedo, buscando a tientas su bota de agua y la levantГі y la dirigiГі hacia su boca. Pero al hacerlo, el agua se dio vuelta y se fue hacia arriba, hacia el cielo, nunca llegГі a sus labios.

"ВїQuГ© estГЎ pasando?" Thor gritГі a Indra, jadeando.

Ella miraba al cielo con temor, retirando su capucha.

"ВЎEs una lluvia inversa!", gritГі.

"ВїQuГ© es eso?" Elden gritГі, jadeando mientras agarraba su garganta.

"ВЎLlueve hacia arriba!", gritГі ella. "ВЎToda la humedad estГЎ siendo absorbida hacia el cielo!".

Thor observaba cГіmo el resto de su agua se disparaba hacia arriba de la bota, y entonces vio cГіmo la bota crujГ­a y se secaba, cayendo al suelo como papa seca.

Thor cayГі de rodillas, agarrando su garganta, apenas podГ­a respirar. Alrededor de Г©l, los otros hicieron lo mismo.

"ВЎAgua!". Elden suplicГі, junto a Г©l.

Hubo un gran estruendo, como el sonido de mil truenos y Thor mirГі hacia arriba para ver cГіmo el cielo se oscurecГ­a. Una sola nube de tormenta apareciГі, corriendo hacia ellos, a una velocidad increГ­ble.

"ВЎAL SUELO!", gritГі Indra. "ВЎEl cielo se estГЎ invirtiendo!".

Ella apenas hubo terminado de hablar cuando el cielo se abriГі y una pared de agua chorreГі hacia abajo, derribando a Thor y a los demГЎs con la fuerza de un maremoto.

Thor se fue rodando una y otra vez en la onda de agua, dando tumbos no supo cuГЎnto tiempo. Finalmente, apareciГі en el suelo del desierto, la ola rodando delante de ellos. Esto fue seguido por las hojas de la lluvia, y Thor echГі la cabeza hacia atrГЎs y bebiГі y bebiГі, igual que los demГЎs, hasta que finalmente se sintieron hidratados otra vez.

Poco a poco, cada uno de ellos se puso de pie, jadeando, pareciendo vencidos. Se miraron unos a otros. HabГ­an sobrevivido. Cuando su asombro y miedo desapareciГі, lentamente estallaron en risas.

"ВЎEstamos vivos!", gritГі O'Connor.

"ВїEso es lo peor que nos puede pasar en este desierto?", preguntГі Reece, feliz de estar vivo.

Indra meneГі la cabeza, sombrГ­amente.

"Celebras prematuramente", dijo ella, pareciendo muy preocupada. "DespuГ©s de las lluvias, los animales del desierto salen a beber".

SurgiГі un ruido espantoso, y Thor mirГі hacia abajo y vio con horror cГіmo un ejГ©rcito de pequeГ±as criaturas salГ­a de la arena y se apresuraba a ir hacia ellos. Thor comprobГі sobre su hombro y vio el lago de agua que las lluvias habГ­an dejado, y se dio cuenta de que estaban en el camino de las criaturas sedientas.

Docenas de criaturas que Thor jamГЎs habГ­a visto antes, corrieron hacia ellos. Eran animales enormes, de color amarillo, parecidos a un bГєfalo, pero el doble de tamaГ±o, con cuatro brazos y cuatro cuernos, corriendo sobre dos patas hacia ellos. Caminaban de forma divertida, de vez en cuando se abalanzaban en cuatro patas, y despuГ©s saltaban otra vez. RugГ­an mientras iban hacia ellos; sus vibraciones hacГ­an temblar el suelo.

Thor sacГі su espada, como hicieron los demГЎs, dispuestos a defenderse. Cuando el primer animal se acercГі, Thor rodГі a un lado, quitГЎndose del camino, sin golpearlo, con la esperanza de que sГіlo pasara corriendo delante de ellos y fuera a buscar el agua.

La criatura bajó su cabeza para sacar a Thor, y falló cuando Thor rodó. Para temor de Thor, no estaba contento – dio la vuelta en círculo, y con rabia, fue directo hacia Thor. Parecía que lo quería muerto, más que querer el agua.

Al volver al ataque, bajando sus cuernos, Thor saltГі alto en el aire y girГі su espada, cortando uno de sus cuernos conforme corrГ­a. El animal chillГі, saltando sobre dos patas, y dio la vuelta, cortando a Thor y tirГЎndolo al suelo.

La criatura levantГі sus patas e intentГі patear a Thor, pero Thor rodГі fuera del camino, mientras sus pies dejaban una gran huella en la arena y agitГі una nube de polvo. La criatura levantГі sus patas de nuevo, y esta vez Thor levantГі su espada y la hundiГі en el pecho de la criatura.

La bestia chillГі otra vez, la espada se sumiГі hasta la empuГ±adura, y Thor girГі por debajo, antes de que se desplomara en el suelo, muerto. Tuvo suerte de hacerlo: el peso lo habrГ­a aplastado en la tierra.

Mientras Thor se levantaba, otra bestia fue a atacarlo y Г©l saltГі fuera del camino, pero no antes de que su cuerno rozara su brazo, cortГЎndolo, haciГ©ndole gritar de dolor y soltar su espada. Sin espada, Thor extrajo su honda, colocГі una piedra y la lanzГі a la bestia.

La bestia se tambaleó y gritó, mientras la piedra empalaba su ojo – pero aún así, fue a la carga.

Thor corrió a la izquierda y a la derecha, tratando de quitarse del camino haciendo zigzag – pero la criatura era demasiado rápida. No quedaba otro lugar a dónde correr, y él sabía en en cuestión de segundos, sería embestido. Mientras corría, miró a sus hermanos de La Legión y vio que no les estaba yendo mejor, cada uno huía de una bestia.

La bestia se acercaba, estaba a sГіlo unos centГ­metros, con su horrible jadeo y olor en las orejas de Thor, y bajГі sus cuernos. Thor se preparГі para el impacto.

De repente la bestia gritó, y Thor se volvió para verlo elevarse por lo alto en el aire. Thor miró, desconcertado, sin entender lo que estaba pasando – cuando vio detrás de él, un enorme monstruo verde limón, del tamaño de un dinosaurio, de un centenar de metros de alto, con hileras de afilados dientes. Sostuvo a la bestia en su mandíbula, como si no fuera nada, y se reclinó y se lo metió en el hocico. Lo mantuvo allí, retorciéndose, luego lo masticó y lo tragó en tres enormes mordidas, deglutiendo y lamiendo sus labios.

Alrededor de Thor las criaturas amarillas dieron vuelta y huyeron de la bestia. La bestia saliГі detrГЎs de ellos, resbalando y azotando su enorme cola mientras avanzaba; la cola atrapГі a Thor por detrГЎs e hizo que Г©l y los demГЎs aterrizaran con fuerza sobre el terreno. Pero la bestia continuГі yendo a la carga delante de ellos, mГЎs interesado en las criaturas amarillas que en ellos.

Thor se volviГі y mirГі a los demГЎs, que estaban allГ­ sentados, anonadados y ellos tambiГ©n lo miraron.

Indra se quedГі allГ­, sacudiendo su cabeza.

"No se preocupen", dijo ella, "se pone mucho peor".




CAPГЌTULO OCHO


Kendrick caminГі lentamente a travГ©s del patio quemado de la parte superior de Silesia; a su lado estaban Srog, Brom, Kolk, Atme, Godfrey y una docena de Los Plateados. Todos marchaban lentamente, deliberadamente, con las manos cruzadas detrГЎs de sus cabezas en seГ±al de rendiciГіn.

El pequeГ±o grupo pasГі ante los miles de soldados del Imperio que vigilaban, hacia AndrГіnico que estaba en la puerta de la ciudad. Kendrick sentГ­a todas las miradas sobre ellos al ir pasando; habГ­a tensiГіn en el aire. El patio, a pesar de estar ocupado por miles de soldados, estaba lo suficientemente callado para oГ­r caer un alfiler.

Una hora antes, Kendrick habГ­a gritado su rendiciГіn a AndrГіnico, y este grupo habГ­a ascendido juntos mostrando que no portaban armas, mientras marchaban entre la multitud de soldados del Imperio, en su camino a arrodillarse formalmente ante AndrГіnico. El corazГіn de Kendrick latГ­a aceleradamente mientras caminaban, tenГ­a la garganta seca al ver cuГЎntos miles de enemigos hostiles les rodeaban.

Kendrick y los otros habГ­an ensayado un plan, y al acercarse a AndrГіnico, Kendrick vio de primera mano lo enorme y salvaje que se veГ­a; Kendrick rezГі para que su plan funcionara. Si no funcionaba, morirГ­an.

Caminaron, con las espuelas sonando, hasta que finalmente uno de los generales de AndrГіnico dio un paso adelante; una imponente criatura con el ceГ±o fruncido, y extendiГі una mano ГЎspera, golpeando a Kendrick en el pecho. Los detuvieron a unos seis metros de distancia de AndrГіnico, presumiblemente por precauciГіn. Sus soldados eran mГЎs sabios de lo que Kendrick habГ­a predicho; Г©l habГ­a esperado acercarse a AndrГіnico, pero claramente era algo que no permitirГ­an. El corazГіn de Kendrick latiГі mГЎs rГЎpido, mientras esperaba que la distancia no pusiera en peligro su plan.

Mientras todos estaban allГ­ parados, en silencio, uno frente al otro, Kendrick aclarГі su garganta.

"Hemos venido a rendirnos ante el Gran AndrГіnico", anunciГі Kendrick, con su voz estruendosa, tratando de usar su tono mГЎs convincente, mientras estaba parado con los otros, sin moverse, mirando hacia arriba, a los ojos de AndrГіnico.

AndrГіnico se acercГі y tocГі las cabezas reducidas de su collar, mirando hacia abajo con algo como un gruГ±ido, o tal vez una sonrisa.

"Aceptamos sus tГ©rminos", continuГі diciendo Kendrick. "Admitimos la derrota".

AndrГіnico se inclinГі hacia adelante, sГіlo ligeramente, sentado en un enorme banco de piedra y los mirГі con algo parecido a una sonrisa.

"Yo sГ© que lo harГЎn", dijo, con su voz estruendosa escuchГЎndose en todo el patio. "ВїDГіnde estГЎ la chica?".

Kendrick estaba preparado para eso.

"Hemos venido como el contingente de oficiales mГЎs altos y condecorados", respondiГі Kendrick. "Vinimos primero, para profesar nuestra rendiciГіn ante usted. Cuando hayamos terminado, los otros seguirГЎn, con su permiso".

Kendrick creГ­a que agregar: "con su permiso", era un buen toque, que ayudarГ­a a parecer mГЎs plausible. Hace mucho tiempo, habГ­a aprendido una gran lecciГіn de uno de sus asesores militares: cuando se trata con un comandante narcisista, siempre apelar a su ego. No habГ­a lГ­mite a los errores que un comandante podrГ­a cometer cuando los halagas, cuando has apostado por su grandeza.

AndrГіnico se reclinГі sГіlo un poco, apenas respondiendo.

"Claro que lo harГЎn", dijo AndrГіnico. "De lo contrario, ustedes serГ­an muy tontos en aparecer aquГ­".

AndrГіnico se quedГі allГ­ sentado, mirГЎndolos, como tratando de decidir. ParecГ­a como si presintiera que algo andaba mal. El corazГіn de Kendrick latiГі con fuerza.

Finalmente, tras una larga espera, AndrГіnico pareciГі tomar una decisiГіn.

"Den un paso adelante y arrodГ­llense", dijo. "ВЎTodos ustedes!".

Todos los demГЎs miraron a Kendrick y Г©ste asintiГі con la cabeza.

Todos dieron un paso hacia adelante y se arrodillaron ante AndrГіnico.

"Repitan después de mí", dijo el comandante. "Nosotros, representantes de Silesia…"

"Nosotros, representantes de Silesia…"

"Nos rendimos ante el Gran Andrónico…"

"Nos rendimos ante el Gran Andrónico…"

"Y juramos lealtad hacia él, por el resto de nuestros días y más…"

"Y juramos lealtad hacia él, por el resto de nuestros días y más…"

"Y servir como esclavos de Г©l, por el resto de nuestros dГ­as".

Para Kendrick era difГ­cil pronunciar las Гєltimas palabras, y tragГі saliva, hasta que finalmente repitiГі palabra por palabra:

"Y servir como esclavos de Г©l, por el resto de nuestros dГ­as".

Lo hizo sintiendo nГЎuseas, y su corazГіn palpitaba en sus oГ­dos. Finalmente, terminГі el dolor.

SiguiГі un silencio tenso, y AndrГіnico finalmente sonriГі.

"Los MacGil son mГЎs dГ©biles de lo que pensГ©", gruГ±Гі. "Me darГЎ mucho gusto que sean mis esclavos, y hacer que aprendan las formas del Imperio. Ahora ve por la chica, antes de que cambie de opiniГіn y los mate a todos en el acto".

Kendrick se arrodillГі allГ­, vio su vida pasar ante sus ojos. SabГ­a que era uno de esos momentos decisivos en su vida. Si todo salГ­a como esperaba, vivirГ­a para contar la historia de este dГ­a a sus nietos; si no, Г©l estarГ­a, en momentos, tirado aquГ­ como cadГЎver. Г‰l sabГ­a que las posibilidades estaban en su contra, pero era una oportunidad que tenГ­a que tomar. En nombre de sГ­ mismo; en nombre de los MacGil; y en nombre de Gwendolyn. Era ahora o nunca.

Con un movimiento rГЎpido, Kendrick sacГі de su espalda una espada corta oculta bajo su camisa; se detuvo y gritГі mientras la lanzaba con todas sus fuerzas.

"ВЎSILESIOS, ATAQUEN!".

La espada de Kendrick dio giros y fue directamente hacia el pecho de AndrГіnico. Fue un tiro poderoso, con un tino verdadero, un tiro lo suficientemente audaz para matar a cualquier otro guerrero.

Pero AndrГіnico no era cualquier guerrero. Kendrick estaba un poco lejos y AndrГіnico fue demasiado rГЎpido; AndrГіnico logrГі agacharse justo antes de caer. AГєn asГ­ gritГі de dolor, mientras la hoja rozaba su brazo, brotando sangre. Luego siguiГі volando a travГ©s del aire y asesinГі al general que estaba junto a Г©l, cayendo en su estГіmago.

Al grito de Kendrick, el caos estallГі. Alrededor de Г©l los demГЎs estiraron la mano hacia atrГЎs y sacaron sus espadas ocultas y decapitaron a los soldados de pie en medio de ellos. Brom sacГі un puГ±al de su cinturГіn, caminГі a un lado y lo clavГі en la garganta de un soldado que se encontraba cerca. Kolk sacГі una honda corta de su cintura, colocГі una piedra y la lanzГі, golpeando a un soldado que estaba lejos, sosteniendo un arco en la cabeza, justo antes de que pudiera disparar. Godfrey tirГі un puГ±al; su tino no era tan acertado como el de los demГЎs, y la daga fallГі su objetivo, cayendo en la pierna de un joven soldado.

Alrededor de ellos, estallaron los gritos de los soldados heridos del Imperio; ninguno de ellos esperaba el ataque sorpresa.

Al llamado, en el mismo momento, en todos los lados del patio, los soldados Silesianos emergieron repentinamente del suelo, de las paredes. Llegaron con un gran grito de batalla, apuntando flechas, oscureciendo el aire con ellas. Miles de flechas cruzaron el patio, derribando a los soldados del Imperio por todos lados. Fueron atacados por muchos lados, los soldados no sabГ­an hacia dГіnde girar; muchos de ellos, en su pГЎnico, terminaron atacГЎndose mutuamente.

Kendrick estaba emocionado de ver que su plan estaba funcionando perfectamente. Srog le habГ­a informado de los tГєneles ocultos conectando la Baja Silesia con la ciudad superior, construidos en el caso de un asedio como Гєltimo recurso: el elemento sorpresa. Todos los soldados habГ­an esperado pacientemente, en su lugar, esperando la seГ±al de Kendrick.

Miles de ellos surgieron, disparando con tal velocidad y tino, que no dio a los soldados del Imperio tiempo para reaccionar. Kendrick avanzГі y entrГі al combate, arrebatando una espada de un soldado muerto del Imperio, y atacando a los soldados mГЎs cercanos a Г©l, acompaГ±ado por su amigo Atme y los demГЎs. Los soldados del Imperio, tuvieron pГЎnico en el caos, se dieron vuelta y corrieron en todas direcciones, sin siquiera saber quГ© camino tomar.

Los silesios fueron ganando la ventaja. Kendrick derribГі a una docena de hombres antes de que levantaran un escudo para defenderse. Atme luchГі espalda contra espalda con Г©l, como siempre lo habГ­a hecho, ocasionando un daГ±o igual. Con cada golpe pensaba en Gwendolyn, pensaba en la venganza.

Los miles de soldados del Imperio estaban tan desconcertados que todos salieron corriendo hacia el conjunto de puertas al patio exterior. La turba se abalanzГі contra AndrГіnico y sus hombres, en estampida, quienes trataron de mantenerse firmes, pero fueron obligados a retroceder, por los muchos soldados. Como si fueran ganado, fueron empujados hacia la puerta lejana, todos tratando desesperadamente de escapar de las flechas, que continuaron cayendo en todas direcciones. Cuando los soldados silesios se quedaron sin flechas, sacaron sus espadas y fueron a la carga, al lado de sus hermanos.

El número de soldados del Imperio era enorme, sin embargo, no eran guerreros bien entrenados – la mayoría de ellos eran sólo cuerpos, pueblos esclavizados al servicio de Andrónico. Por otro lado, los silesios eran pocos en número, sin embargo, todos y cada uno de ellos era un guerrero con clase, endurecido, bien entrenado; cada uno valía el peso de diez hombres del Imperio. También tenían el elemento sorpresa – y sobre todo, tenían fuego en las venas. Sus espaldas contra la pared. Ganas de vivir. La urgencia de proteger a sus seres queridos. Furia por lo de Gwendolyn. Después de todo, ésta era su ciudad. Y ellos sabían que si no ganaban, sería su muerte.

Docenas de silesios sonaban los cuernos, el ruido era aterrador, sonaba como un ejГ©rcito sin lГ­mite, y cada vez mГЎs de ellos emergГ­an de los tГєneles. Todos iban a la carga como si sus vidas dependieran de ello, miles de ellos enfrentando a los miles de soldados del Imperio.

La lucha fue feroz, la sangre cubrГ­a el patio, mientras chocaba espada contra espada y daga contra daga, mientras los hombres luchaban y se miraban unos a otros, combatiendo mano a mano y matГЎndose frente a frente. RГЎpidamente, la marea girГі en direcciГіn a los silesios.

Otro cuerno sonГі, y de las puertas inferiores salieron los soldados de La LegiГіn, cientos de ellos fuertes, con un feroz grito de batalla. Levantaron las hondas y flechas y lanzas y espadas y fueron a la carga hacia el combate, matando a los soldados del Imperio que quedaban, a diestra y siniestra ayudando a cambiar el rumbo. Los guerreros de La LegiГіn ya estaban endurecidos, incluso a una edad temprana, y mientras corrГ­an, todos gritaban por Gwendolyn y Thor.

La Legión hizo tanto daño como los demás al unir sus fuerzas a la perfección, empujando al Imperio más y más lejos para ir hacia la puerta exterior. Pronto el curso de la batalla giró a su favor, mientras los cadáveres del Imperio caían en todas direcciones, y los que quedaban entraban en pánico y huían. Un millón de soldados del Imperio esperaba más allá de las puertas – pero había un cuello de botella de soldados huyendo, y los otros no podían entrar.




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